No pudo ser. El Clínicas Rincón, siempre por detrás en el marcador, tuvo a tiro el triunfo en el estreno de la temporada en la LEB Oro en la pista del Melilla, pero no dio con la tecla adecuada y hoy regresará a la península con la primera lección aprendida: necesita más constancia, más aportación de jugadores importantes y mayor regularidad.

En el debut en la segunda categoría del básket español, el conjunto de Francis Tomé demostró que va a competir, sí o sí, en todas las pistas. El Javier Imbroda no es una plaza sencilla. Y los malagueños, que caían 61-51, se agarraron al partido, y a golpe de la inspiración de Todorovic, se situó a sólo dos (66-64) cuando apenas faltaba 1:42 para la conclusión

¿Qué pasó? Pues que la bisoñez del club vinculado al Unicaja no permitió una buena lectura del partido. El equipo encajó una canasta fácil, luego perdió el balón en ataque y en la siguiente defensa, tras fallo en el tiro del Melilla, el local Manzano agarró el rebote y firmó el triunfo melillense con el 70-64. Richi Guillén puso el 70-66 final. Derrota por cuatro puntos y muchas lecturas por hacer. Positivas y menos buenas.

El Clínicas no acusó el nerviosismo del debut y jugó de tú a tú en el primer parcial, donde hubo una igualdad extrema: 14-14. Muchos errores e imprecisiones, que el Melilla rompió de inmediato. Los malagueños no encontraron el aro en la reanudación y el cuadro local no perdonó. Parcial de 10-0 y partido muy cuesta arriba: 24-14. La sangría llegó al 28-14, tras cinco minutos sin anotar, pero hubo reacción y el Clínicas también le dio al Melilla de su propia medicina: 35-30. Un triple sobre la bocina puso el 38-30 al descanso.

Luego volvió el dominio de los locales. Sus americanos hacían daño dentro, mientras que los dos africanos interiores del Clínicas no sumaban. Ni Alberto Díaz ni Pozas aparecían. Con 48-37 volvía a encenderse la luz de alarma. Pero de nuevo, los «niños» se subieron a las barbas del Melilla. De 50-40, el Clínicas pasó a 50-48, con seis tiros libres. E incluso se empató a 50. Con 52-50 se llegó al final del tercer acto. Y otra vez se repitió la historia: mala salida malagueña y de nuevo a rebufo, con la lengua fuera: 59-50. A 4:20 de la conclusión, 61-54. Y la cosa empeoró a 3:03 (64-56). Sin embargo, el deja vu constante del choque apareció de nuevo. Todorovic transformó dos triplazos consecutivos más una de dos. De 66-61 se pasó a 66-64 a 1:20. No hubo, al final, recompensa. El viernes, en Carranque, viene el Palencia (21.00 horas).