Portugal se despidió este domingo de Eusebio da Silva Ferreira, mítico futbolista, con dolor, lágrimas y aplausos de miles de ciudadanos de a pie que salieron a la calle para dar el último adiós al aclamado "rey" del fútbol luso.

Las ceremonias fúnebres comenzaron a primera hora con la apertura de las puertas del Estadio da Luz, -donde se instaló la capilla ardiente con el féretro del futbolista para que todos los que quisieran acudiesen a despedirle-, y se prolongaron hasta primera hora de la noche, cuando se ofició el entierro.

Los aficionados y muchos otros ciudadanos anónimos desfilaron por el estadio y, en homenaje a uno de sus héroes, colocaron flores y velas junto a la estatua del fallecido, y entonaron cánticos con su nombre cuando el coche fúnebre con sus restos mortales se desplazaba por el césped del coliseo del Benfica.

Entre los congregados figuraban también algunos de los miembros del actual equipo lisboeta y de la directiva, así como su entrenador Jorge Jesus, quien subrayó el sentimiento común de los benfiquistas: "Todos le van a recordar como un símbolo del Benfica y de Portugal".

Eusebio había anunciado un último deseo que finalmente se ha cumplido. "Cuando me vaya quiero dar una vuelta al estadio", dijo en numerosas ocasiones, y hoy lo hizo ante unos 10.000 admiradores que no dejaron de corear su nombre, aplaudir y cantar el himno del que fue su equipo durante muchos años.

Fue el momento más emotivo para muchos de ellos, que no pudieron evitar las lágrimas mientras lanzaban flores, fotografías, banderas, bufandas y camisetas del equipo al paso de la comitiva.

El cortejo fúnebre recorrió las principales avenidas del centro de la ciudad, escoltado en todo momento por un público que no dejó de aplaudir al que ha sido uno de los símbolos portugueses del siglo XX, hasta llegar a la Plaza del Municipio, donde cientos de personas lo recibieron con "vivas" al "rey".

Tras una breve parada, la marcha continuó hasta la iglesia del barrio de Benfica, en la que se celebró el funeral por el que algunos han definido como "el Mandela de Portugal" o como "un mito de todo un pueblo".

Con Cavaco Silva y Passos Coelho

Allí se congregaron las figuras más destacadas del fútbol y también personalidades de todos los ámbitos, incluido el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, y el jefe del Ejecutivo luso, Pedro Passos Coelho.

Concluida la eucaristía, los actos fúnebres por la 'Pantera Negra', como también era conocido, se cerraron con el entierro en el cementerio de Lumiar (norte de Lisboa), donde le costó llegar al cortejo fúnebre ante la aglomeración de personas que, pese a la fuerte lluvia, acompañaron a su héroe hasta el último momento con gritos de "Eusebio, Eusebio" o "El mejor de Portugal".

La policía tuvo que establecer un cordón de seguridad para que se pudiesen oficiar las exequias, que comenzaron con retraso debido a las dificultades del cortejo para entrar en el cementerio.

Once Ligas y Balón de Oro

Considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, Eusébio Ferreira da Silva falleció este domingo por una parada cardiorrespiratoria a los 71 años.

Nacido en 1942 en Maputo (entonces Lourenço Marques), la capital de Mozambique, Eusebio conquistó once Ligas lusas, cinco Copas de Portugal y una Copa de Europa (1961/1962).

En 1965 fue galardonado con el Balón de Oro y en Portugal es recordado por su actuación en el Mundial de Inglaterra de 1966, en el que la selección lusa acabó tercera, la mejor marca de su historia.