Rafael Nadal abandonó Australia con la decepción de la derrota ante el suizo Stanislas Wawrinka, dándolo todo y vaciándose, como él mismo expresó, y con un aceptable colchón de 3.710 puntos (14.330 en total) sobre el serbio Novak Djokovic.

Podía haber sido más, 4.510 y un total en la lista de 15.130 si Nadal no hubiera sufrido el inoportuno percance de la espalda durante el peloteo previo a la final, hubiera competido en igualdad de condiciones con "Stan" y hubiera prevalecido quizás ante el suizo con la misma fortaleza que en sus 12 anteriores confrontaciones, siempre con victoria del de Manacor.

Pero el zurdo español expresó tras su derrota que hay que afrontar estas adversidades con mente abierta. "Es parte de nuestra vida, la de un deportista, hay que aceptarlo y uno no puede hacer nada más", dijo Nadal, triste porque pensaba que era su oportunidad, en una edición en la que también había tenido que sortear los problemas de su llaga en la mano izquierda.

"Me hacía ilusión, lo había luchado bien, con la llaga, con rivales difíciles, jugado a un gran nivel cuando lo necesite, contra Monfils muy bien. No ha sido el día para aprovechar las oportunidades, y estas no son eternas", expresó. "Es parte de mi vida, del deporte, y no es el fin del mundo", comentó un Nadal más positivo que nunca ante el contratiempo.

Nadal aceptó la derrota Aceptando la otra cara del deporte. Luchando sin bajar los brazos tal y como hizo el australiano Roy Emerson en 1965, último en recuperarse de dos sets abajo para ganar la final en cinco ante su compatriota Fred Stolle: 7-9 2-6 6-4 7-5 y 6-1.

El mundo del tenis recuerda las lágrimas del argentino Guillermo Coria en la final de Roland Garros en 2004, cuando unos calambres le impidieron acabar ganando un partido que tenía dominado a su compatriota Gastón Gaudio en los dos primeros sets, y que terminó cediendo por 0-6, 3-6, 6-4, 6-1 y 8-6, luchando contra el dolor pero también sin recompensa como Nadal.

Y en esto Wawrinka, uno de los jugadores más admirados por su técnica, su depurado y estilizado revés a una mano, un jugador que actuaba deliciosamente pero no remataba con su excelente y depurada técnica, gana su primer título del Grand Slam.

Y el circuito se tambalea, porque "Stan", "The Man" ha sido el destinado a romper la racha de 16 Grand Slams ganados de forma consecutiva por el grupo de los cuatro grandes, Nadal, el suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic y el británico Andy Murray, desde que el argentino Juan Martín del Potro tuvo la osadía de tumbar a Federer en la final del Abierto de Estados Unidos en 2009, cuando ellos llevaban ganados 34 de los 35 'majors'.

Con su victoria, llega un cambio en la clasificación, con Wawrinka tercero, seguido de Del Potro, David Ferrer, Murray, Berdych y Federer, y la lucha por alcanzar a Pete Sampras, con 14 grandes en su carrera, tendrá su próximo escenario en París, donde Nadal puede igualar a "Pistol" Pete.