El deporte malagueño vuelve a estar en la cima mundial en otra disciplina más. Si recientemente Málaga ya había coronado a Carolina Navarro ­­-pádel- o Álex Pastor -kitesurf-, ahora, Francisco Reina se acaba de proclamar campeón del mundo de parapente en la modalidad de cross durante el Mundial disputado en la localidad Gobernador de Valadares (Brasil). El «Niño», como se le conoce en el mundo del parapente, es natural de la localidad de Valle de Abdalajís y a sus 23 años ha roto todos los récords habidos y por haber de este espectacular deporte. Ya es el más joven de la historia en alzarse con el título mundial, además de convertirse en el primer español en hacerlo.

Ayer, una vez lograda su gesta, regresó a España tras un largo viaje de 12 horas en autobús hasta Río de Janeiro y un vuelo de otras tantas horas rumbo a Málaga, donde le esperaron familiares y amigos que le homenajearon como se merece. «No me esperaba este recibimiento, ha sido muy especial. La verdad es que aún no he asimilado lo que he conseguido pero he luchado mucho para llegar a lo más alto», asegura el «Niño», muy emocionado por el reconocimiento de su gente.

Francisco Reina lleva el deporte del parapente en la sangre. Su hermano José Manuel ya fue campeón de España en la modalidad de cross y aunque el flamante campeón del mundo sólo lleva desde 2009 practicando el parapente, tiene un don especial para pilotar y su logro en Brasil así lo atesora. «Francisco tiene una habilidad innata para este deporte. Además, pese su poca experiencia tiene una visión de vuelo espectacular, algo fundamental en el parapente. Interpreta las condiciones meteorológicas a la perfección», explica su hermano.

Lo cierto es que pese a su talento, Reina no partía entre los grandes favoritos al título, lugar exclusivo para franceses, suizos y alemanes, los verdaderos «capos» de este deporte. «En el Mundial participan los 125 mejores y yo no estaba entre los favoritos. Ha sido una sorpresa pero estoy muy contento». Un triunfo que le vale para asegurarse un buen patrocinio de cara al futuro, importantísimo para poder competir al más alto nivel en el parapente.

«No ha sido nada fácil. Ha estado todo muy reñido y he tenido que luchar mucho para ganar», comenta el «Niño», que ha sabido manejar la situación durante los 10 días que ha durado el campeonato en tierras brasileñas. Unas jornadas en las que los competidores han tenido que enfrentarse a mangas de 60 a 80 kilómetros a los mandos de sus aeronaves y llegando a alcanzar alturas de 1.000 a 1.800 metros. Aunque en otras zonas, los más arriesgados del parapente han conseguido llegar a volar a más de 5.000 metros.

Con el título mundial en el bolsillo, Reina sólo piensa ahora en revalidad el Campeonato de España, que ganó el año pasado con autoridad. Eso será en verano, ahora toca disfrutar de su hazaña mientras se entrena sobre el cielo del majestuoso Valle de Abdalajís.