No hay en el deporte malagueño un personaje con su trayectoria y su increíble palmarés. Antonio Carlos Ortega abandonó Málaga en 2012, tras dejar al Balonmano Antequera asentado en la Asobal y con un «pufo» económico del club hacia él que todavía está pendiente de saldarse. El poderoso Veszprem húngaro se fijó en él, un club que apostaba por extrapolar el dominio en su país a toda Europa. Y desde entonces, junto a su inseparable Xavi Sabaté, el malagueño criado en Maristas no ha dejado de sumar título sobre título a su inigualable currículum. Hace unas semanas conquistó la Liga SEHA, una competición que disputan varios países de la Europa del Este. La pasada semana repitió hito, ya que colocó a su Veszprem en la Final Four, por segunda temporada consecutiva. Algo majestuoso. Repetirá semifinal, como el año pasado, con el histórico Kiel alemán. La cita será de nuevo en territorio bávaro. Colonia, el 30 y 31 de mayo, se convertirá en el gran escenario del balonmano europeo.

Y allí llegará el Veszprem de Ortega con un nuevo título, el que logró el domingo, en la «Magyar Kupa», la Copa de Hungría, al derrotar al Szeged del también español Juan Carlos Pastor por 26-22. Ortega no conoce decepciones desde su desembarco en la ciudad próxima a Budapest. Tres Copas de Hungría guarda ya en sus vitrinas. De hecho, para alimentar su museo particular necesita ya una casa aledaña a la suya porque, entre los títulos logrados como jugador y los que ya acumula en el banquillo, la cifra es despampanante. Y, salvo que se tuercen las cosas, pronto levantará también la Liga de Hungría.

Casado, con cuatro hijos (Carlos, Manuel, Ricardo y Catalina), Ortega es un deportista atípico. Mientras jugaba y se bañaba de gloria en el FC Barcelona acabó dos carreras universitarias, Diplomatura en Relaciones Laborales y Licenciatura en Educación Física. Máster en Gestión Deportiva por la Universidad de La Salle de Barcelona y Titulado, además, en Correduría de Seguros y Administración de Fincas, con el Barça levantó seis Copas de Europa, otras seis Ligas Asobal, cuatro Copas del Rey, cinco Supercopas de Europa, una Recopa de Europa o una Copa EHF. También sacó provecho de los tiempos muertos en las concentraciones con la selección española, camiseta que defendió 147 veces y con la que se colgó tres medallas. Nada más colgar las zapatillas se hizo cargo del Antequera de División de Honor B y llevó al equipo a la elite de la mejor Liga del mundo, la Asobal. Clasificó al equipo incluso para la Copa del Rey de Zaragoza´08. Mucho ha llovido desde entonces. Ahora, en su Veszprem, sueña a lo grande. En su mente, Colonia y el Kiel, unas semifinales que le catapultarían a la gloria del balonmano. Con el permiso de Barça y Kiel, los otros clasificados para la Final Four.