En todas las batallas se producen bajas por el llamado «fuego amigo». Son víctimas inocentes. La FIFA ha comenzado a regular con mano de hierro el traspaso de menores de edad en el mundo del fútbol a través del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores.

Incluso cuando ya son profesionales, como es el caso del italomarroquí Mastour Hachim, que a sus 17 años ha sido cedido del AC Milan al Málaga CF, pero que aún no puede jugar en el equipo blanquiazul porque el organismo futbolístico ha de aprobar el traspaso. En edades aún más tempranas y, en ocasiones, sin dinero de por medio, existe un control todavía más riguroso con el fin de evitar que se hagan operaciones económicas con chicos que en muchos casos tienen todavía 13 ó 14 años. El problema es que en ocasiones hay jóvenes que salen perjudicados, porque se ven afectados cuando se trata de un cambio de residencia por cuestiones laborales de los padres, y ellos sólo quieren jugar al fútbol en el equipo del pueblo.

Esto es lo que les ha sucedido a los hermanos malagueños Álvaro e Ignacio Escolano, de 13 y 11 años edad, según informó ayer el periódico británico «Daily Mail». Los dos niños se han marchado a vivir a la localidad Newark (Nottinghamshire) hace tres meses con su padre, que es ingeniero civil. Allí se han escolarizado y se apuntaron al equipo de fútbol. Álvaro es portero e Ignacio, delantero. Pero ambos se llevaron una desagradable sorpresa: la FIFA no va darles el tránsfer internacional hasta que no estudien sus casos. El director técnico del equipo, Marcos Nesbitt, describía ayer a «Daily Mail» la situación como «absolutamente ridícula». «Al comienzo pensé que sería un proceso sencillo, pero me hacen muchas preguntas, he pasado horas al teléfono, y me preguntan que cómo han llegado aquí. Esto no es fútbol profesional, es sólo base.

Somos un club familiar. No es justo que no se les permita jugar», denuncia. Los dos niños malagueños están desesperados por jugar, pero deben esperar que se cumplan los plazos.

Este periódico se puso ayer en contacto con el presidente de la Federación Malagueña de Fútbol, Miguel Sánchez, para solicitar información sobre el caso. El mandatario advirtió de que la FIFA «se ha puesto muy severa en todos los casos de transacciones de menores de edad». «El organismo estudia caso por caso, hay que acreditar documentación y si todo está en regla les llegará el tránsfer. Pero como exista la más mínima pega todo se demora. Si los padres están separados todo se complica administrativamente, si hay defectos en el contrato de trabajo del padre... La FIFA se ha puesto muy meticulosa para defender a los menores de edad en este tema y que no se haga negocio con ellos», narra Sánchez. No es el caso, desde luego, de los hermanos Escolano, víctimas del «fuego amigo» y de una normativa en la que, a veces, pagan justos por pecadores.