¿Deporte, aventura y cultura se dan la mano en un único juego? La respuesta es sí. Y a lo largo de este reportaje os explicaré el porqué. En el año 2000, David Ulmer, asiduo del grupo de «Sistemas Globales de Navegación por Satélite» (GNSS), se propuso crear el juego del siglo XXI y, para ello, escondió un «cofre del tesoro» cerca de Portland (Estados Unidos). Envío a todos los miembros de su grupo las coordenadas exactas del lugar donde había escondido el cofre y les invitó a encontrarlo. En ese momento nació el geocaching.

El geocaching es un juego que consiste en buscar, al aire libre, «un caché» (cofre, recipiente, caja o pequeño objeto). El jugador debe introducir en un GPS las coordenadas exactas. Esta ubicación se obtiene de la página web: www.geocaching.com en la que se ofrece toda la información en un mapa interactivo en el que se pueden observar donde están los diferentes cachés que los participantes deben hallar.

Además, se ofrecen las normas de participación y se van registrando las firmas de los participantes que van accediendo a los cachés, ya que una vez que se consigue descubrirlo, tiene un papel donde se debe firmar indicando el nombre. Una vez que el jugador ha firmado, se hace una foto para subirla a la web y compartir su experiencia con el resto de participantes.

El primer paso es crear una cuenta gratuita en la página web y el juego comienza. A partir de ese instante, cada participante tiene la opción de encontrar cuatro tipos de cachés con diferentes tamaños. El primero es el tradicional y se representa con una caja. Es el de menor dificultad y mediante unas coordenadas se halla. El segundo se denomina multi-caché (dos cajitas). Se proporciona en la web dos ubicaciones y en una de ellas está. La otra es cercana al lugar donde está escondido, pero se utiliza para que los jugadores ejerciten su capacidad de orientación e intuición. Por otro lado, los encargados de colocar esas cajas ponen a prueba su creatividad.

El tercer caché se denomina mystery o puzzle y el cuarto, eartcaché, se accede a él mediante la respuesta de varias afirmaciones. Si se van acertando, al final se obtiene la ubicación. Estos cachés son lo que permanecen en determinados lugares, sin embargo, hay otros que se colocan en un momento determinado para la celebración de un evento de geocachers.

Esta actividad permite que se coloquen cachés en diferentes puntos, tanto en zonas urbanas como rurales. Los representantes del colectivo geocaching de Málaga, Cirilo Gutiérrez y Asunción Castillo, señalan que es una actividad que cada vez cuenta con más simpatizantes. «Se puede jugar en familia, por parejas, grupos o de forma individual. Algunos se lo toman como una actividad lúdico-deportiva en la que intentan encontrar el caché en el menor tiempo posible, y para otros es una aventura».

Una vez que se conoce qué es el geocaching, se observa por qué se dan la mano deporte, aventura y cultura. Muchos participantes intentan conseguir el mayor número de cachés y necesitan de una buena forma física, ya que para acceder a ellos hay que escalar, subir y bajar repechos o atravesar largos senderos. De ahí que se pueda calificar también como una práctica deportiva.

Es cultura por la unión de participantes de diferentes países del mundo y comparten experiencias y vivencias obtenidas en el desarrollo de este juego. Y como consecuencia de ello, se viaja de una zona a otra y se van conociendo nuevas ciudades, por lo que se fomenta también el turismo nacional e internacional. Y convierte el caminar de un lado a otro, en una aventura.

Con este juego, cada persona se pone los límites hasta los que puede llegar. Puede elegir estar en contacto con la naturaleza o conocer nuevos lugares. En Málaga, hay repartidos diversos cachés que permiten descubrir sus encantos de la ciudad, tradiciones y costumbres.

@EduuVilla7