Manuel Luiggi «Moli» es un clásico del fútbol sala malagueño. Ha pasado por todos los estadios posibles (buenos, malos y regulares) en el mundo del deporte. Por eso, nadie mejor que él para hacer balance del pasado, presente y futuro del equipo universitario de la máxima categoría del fútbol sala nacional.

El pasado martes el UMA Antequera perdió ante el Elche 3-8 un rival directo por la salvación. ¿Qué pasó?

Evidentemente el resultado fue abultado, por eso la grandeza del deporte. La mayoría de gente nos daba los tres puntos de Elche y, en cambio, no contaba con otros puntos que hemos conseguido, porque entran en juego el estado de ánimo y las sensaciones. Hicieron su partido y merecieron ganar.

¿Cómo se encontró el vestuario al término del partido?

Los jugadores estaban mal y hay que darles ánimos, porque nos quedamos otro partido sin sumar en casa y sin poder ofrecer un triunfo a nuestra afición. Pero peor lo vi contra Burela. Ese partido si fue un palo importante. Ante un rival que está metido en play off y se ha metido en la Copa, le pudimos ganar. Íbamos 3-1 y a falta de cinco minutos tiramos por alto todo el buen juego que hicimos. Eso nos afectó mucho de cara al partido con el Elche.

El equipo está compitiendo de tú a tú con todos los rivales y está recibiendo elogios por su juego. ¿Qué le falta para ganar partidos?

Nos falta competir los 40 minutos. En una categoría tan complicada, hay que competir todos los minutos. En el instante que no lo hagas, cualquier rival te puede sentenciar. Ahora mismo, no podemos asustarnos con lo que está pasando. Competimos con los grandes y damos la cara, señal de que se está haciendo un buen trabajo y que los chavales mejoran. La dinámica de ganar no la tenemos, lo que influye en el juego.

¿Ahora su labor recae más en recuperar anímicamente a los jugadores o transmitir esa confianza de la que carecen?

Ésa es una parte hay que trabajar y en el momento que venga un resultado positivo, se olvida. Sin embargo, hay otra cosa que les tengo que transmitir. Hemos llegado a lo mínimo, no podemos estar más abajo y a partir de ahora, debemos dejar la ansiedad en el vestuario para competir como sabemos. Esa debe ser nuestra clave para ganar.

Después de completar la primera vuelta de la competición. ¿Cuál es el margen de mejora del UMA Antequera?

El equipo tiene 15 partidos de experiencia en Primera y, entre ellos, 12 derrotas. Tenemos que aprovechar ahora para ver vídeos y analizar por qué hemos perdido, de cara a mejorar en la segunda vuelta y no cometer los errores que nos han costado puntos ante muchos equipos.

La próxima semana, después de un pequeño descanso por las fiestas navideñas, toca viajar a Zaragoza. ¿Cómo se presenta ese partido?

En la ida perdimos en los últimos segundos por una falta innecesaria fruto de la ansiedad y de la falta de experiencia. D-Link Zaragoza es un conjunto muy experimentado, pero veo al equipo mentalizado. Vamos a competir, no puedo decir que vamos a ganar, y a ponerle las cosas muy difíciles dejándonos el alma en la pista. Tendremos que finalizar nuestras ocasiones y no cometer errores en defensa, que estamos teniendo muchos.

La salvación, objetivo de la entidad, se encuentra a 4 puntos. ¿Se intentará abordar en una segunda vuelta en la que los rivales directos visitan el Argüelles?

La salvación la tenemos a 4 puntos y lucharemos por ella. Nosotros tenemos que ganar y depender de nosotros. Los demás también juegan y no podemos estar pendientes de dónde se van a dejar puntos. Fuera de casa estamos jugando con menos presión y no hemos encajado ninguna derrota contundente y hemos estado con opciones hasta el final. Conseguimos un histórico y disfrutamos de la categoría, del ambiente, de los rivales que ante veíamos en la tele, pero sería un insulto para nuestros aficionados salir a disfrutar cada partido. Hemos llegado a Primera División para quedarnos sabiendo lo que nos falta y lo que nos sobra.

La filosofía universitaria del club propicia que muchos jugadores no tengan demasiada experiencia. Tener a Tete y Crispi ayuda a crecer ¿no?

Tete, con 40 años, y Crispi, con 37, destacan porque saben competir en esta categoría y no les tiemblan las piernas en los momentos importantes. Son dos entrenadores en la cancha que dirigen y motivan. No puedo criticar a mis jugadores, ya que son honrados, trabajan al 100% y dan todo en cada encuentro. Estos jugadores han jugado muchos años en Primera y eso es de lo que carecemos en el equipo, de un rodaje al máximo nivel. Si conseguimos mantenernos una año más, estos mismo jugadores serán distintos al contar con una temporada de aprendizaje en la que han tropezado y han sabido levantarse.

El proyecto del UMA tiene una filosofía universitaria. ¿Suficiente para mantenerse?

La calidad humana de la plantilla es lo que yo más destaco. Son jugadores que no cobran y tienen un compromiso admirable. Por la mañana se dedican sus estudios universitarios y trabajan también en la academia «Red Blue». Incluso antes de un partido, están entrenando a los niños, porque es nuestra obligación, que realizamos con mucho gusto, al pertenecer a la Universidad. Tenemos gente muy profesional trabajando en este proyecto como el presidente Pedro Montiel, benefactor de todos los chavales, o Alejandro Guerra. Estoy orgulloso del equipo que tengo y estamos capacitados para competir, aunque necesitaríamos dos o tres piezas claves con experiencia que sumen para que el resto de los componentes crezcan mucho más. Estamos intentando peinar el mercado, pero es difícil encontrar jugadores con los pocos recursos que contamos.

Hace poco llegó Fali como refuerzo de urgencia ante la baja de Fernando por una grave lesión. ¿Aportará esa experiencia que necesita el equipo?

Totalmente. Estoy contento con el fichaje de Fali y va a aportar mucho. Al analizar la plantilla, observé que necesitábamos veteranía y había que firmar a alguien cercano y con experiencia en la Liga.

¿Un propósito para 2016?

Cambiar la dinámica y que nuestro trabajo serio se vea recompensado con la salvación.

@EduuVilla7