Manuel Narváez, de 49 años de edad, es un deportista ejemplar. Desde julio del año pasado, dirige el Real Club Mediterráneo de Málaga, donde entrenan a diario alrededor de un millar de deportistas en varias disciplinas diferentes: running, remo, ciclismo, fitness o pádel, entre otros. Además de ser abogado y dirigente de la entidad, aprovecha el tiempo para practicar deporte en forma de ocio, lo que le hace superarse día a día y llegar a competir en triatlones de media distancia, hasta llegar al Ironman, una de las competiciones más duras en cuanto a la mezcla de natación, ciclismo y maratón, solo superada por el Campeonato del Mundo de Ironman, en el que se recoge a todos los ganadores de las competiciones previas. Este año se celebrará el 8 de octubre en Hawai.

«Cuando te dan la oportunidad de coger el mando, lo coges con ilusión, pero realmente no es el trabajo del presidente el que lleva el club, sino que es apoyado por accionistas y por el resto de miembros. Para mí, significa un reconocimiento, la labor que se hace aquí diariamente es de la gente que viene a hacer aquí deporte y comparten un sitio donde uno puede relajarse», dice Manuel Narváez.

El presidente del RCM compagina su trabajo de abogado con el de dirigir la entidad en la que, además, se entrena a diario. A ello se le añaden los campeonatos en los que compite Narváez, triatlones de media distancia como el último que disputó en Sudáfrica, o las pruebas de Ironman, de las cuales acumula ya seis en su trayectoria deportiva.

«Cuesta más compaginar la labor de presidente con el despacho profesional. Porque yo soy abogado y el deporte lo tomo como un ocio. Para mí es una válvula de escape de mi trabajo venir a mi despacho del club. El deporte me lo tomo como un hobby, como un medicamento para el estrés del trabajo», afirma Manuel.

Los triatlones son muy completos y necesitan una preparación especial. La natación, la bicicleta y el maratón se fusionan en una sola prueba para desafiar a los competidores. Narváez afirma no ser un profesional porque no cobrar por el deporte que practica. «Profesionalmente no competí nunca, ojalá me pagaran por ello», no es menos que el resto que se enfrentan a él en las pruebas.

El máximo dirigente del RCM lleva el deporte en la sangre. Cuenta que desde pequeño siempre practicaba muchos deportes, entre ellos el fútbol. «Me gustaba hacer deporte en plan bruto, exageradamente. Empezaba a jugar en un campo, seguía en otro y acababa en otro. A mí me encantaba ir al colegio por hacer deporte. Allí jugaba al fútbol hasta que me echaban a mi casa. Toda la vida hice deporte», afirma Narváez.

«Con el tiempo te haces más mayor y es más difícil quedar para jugar al tenis, pedir pista... todo es más complicado. ¿Y qué tenía que hacer? Pues deportes que no tenga que quedar con nadie, como correr, nadar o salir en bicicleta. Empecé por correr. Un grupo de aquí del RCM decidimos meternos a correr maratones por numerosos países, y después de hartarnos de correr empezamos a mezclarlo con otros deportes y así surgió lo de triatlón», dice Manuel, que ya acumula nueve años de experiencia en las competiciones deportivas.

El cambio de ritmo no se hace de un día para otro. Poco a poco, Narváez empezó con los de corta distancia, luego los cambió por los tramos olímpicos y después a media distancia. Ahora va más allá y el objetivo es competir en el Campeonato del Mundo el 8 de octubre de este año en Hawai.

El presidente se entrena todos los días... siempre que el resto de sus ocupaciones se lo permite. Come en el club y desvela que no es estricto con la nutrición porque la competición no deja de ser un hobby para él. Solamente, cuando quedan dos meses antes de una prueba específica, entonces sí que cuida más su alimentación.

A la pregunta de ¿qué es lo que más le gusta de las tres pruebas?, Manuel Narváez responde: «Digamos que en las tres pruebas estoy compensado. Donde más a gusto me siento es cuando dejo la bicicleta y me pongo a correr. En los maratones tengo mucha más experiencia, en bicicleta cuesta mucho más trabajo entrenar», dijo.

Aún así, la preparación para el Ironman, es mucho más específica. «Un Ironman es la prueba más dura en la que puedes competir porque hay que recuperar la energía que se pierde durante la carrera. En una prueba de este tipo normalmente se queman entre 8.000 y 9.000 calorías», explicó Narváez sobre la competición en la que los participantes tienen que superar nadando 3,8 kilómetros, montar en bicicleta 180 y correr una maratón (42.195 metros).

Los preparativos se intensifican para Manuel, que ante pruebas de un nivel físico muy duro entrena hasta los fines de semana con cinco o seis horas seguidas de entreno en bicicleta. Ahora, el objetivo principal del presidente del RC Mediterráneo no es otro que clasificarse para el Campeonato del Mundo Ironman, una prueba mítica que recoge a los mejores triatletas que obtienen la invitación coronándose en los Ironman previos.

Una excusa perfecta para Manuel, que le encanta viajar y así aprovechar los campeonatos para visitar países lejanos y desconocidos, además de competir. Se plantea seriamente el deporte para una mejor salud y para olvidarse del estrés del día a día. Ejemplos como el de Narváez, presidente, abogado y deportista de nivel que compite en tres disciplinas, demuestran que con sacrificio se puede hacer de todo.

@Kuba4pl