En el primer encuentro lo mereció, aunque el destino no le premió. Ayer en Ávila, el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón sí que pudo dar un golpe en la mesa que se escuchó hasta en Málaga. Los chicos de Paco Aurioles supieron jugar mejor sobre el filo de la navaja y vencieron a Óbila Básket en el segundo encuentro de la eliminatoria por el ascenso a la LEB Oro. Triunfo clave que sirve a los jóvenes para recuperar el factor pista. Los 19 puntos y la sapiencia en los minutos finales de Carlos de Cobos fueron un ingrediente básico para la victoria. Ahora Torremolinos deberá imponer su ley.

Le hizo mucho bien la victoria del viernes al Ávila. Como dijo su entrenador después, el equipo perdió ese «miedo a ganar». Salió anoche a la pista del CUM Carlos Sastre con más poso, en definitiva, el que se esperaba que tuviese ya en el primer encuentro. Así comenzó dominando el choque con Lobo al mando y con Nikolic y Sebirumbi como finalizadores (16-10). La pérdida del ritmo del choque llevaba al Clínicas Rincón a remolque. Sin embargo, dio una nueva muestra de coraje y con un parcial, culminado con triple de Karahodzic sobre la bocina, de 2-11 consiguió darle la vuelta al encuentro (18-21).

Con el tempo del partido en su mano, los de Paco Aurioles comenzaron a sentir cómodos sobre el parqué. Dieron muestras de su solidez en defensa y en ataque hicieron jugadas más elaboradas. Ello se tradujo de forma clara en el luminoso con la máxima ventaja hasta el momento (20-29). David Mangas movió sus fichas para cambiar la dinámica, pero su equipo tenía la persiana bajada. La herida continuaba abierta y el Clínicas Rincón no hacía más que echar alcohol (22-33). Un triple de Luka Nikolic dio un poco de aire a los suyos, que vieron la luz al final del túnel. Tras este acierto la mejoría local fue notable. Los malagueños se vieron superados y una serie de acciones individuales de los de casa comprimían el luminoso a la media parte (35-38).

La igualdad no se deshizo al paso por vestuarios, aunque el choque sí perdió en vistosidad. De un encuentro tosco, el Ávila volvió a sacar más rédito. Así, cinco puntos de José Alberto Jiménez devolvían la alternativa a los verdes (42-41). Aunque los de Mangas amenazaron con la escapada, los de Aurioles volvieron a superar un mal momento para mandar el encuentro nivelado al último período (48-47).

La importancia de un triunfo ayer era vital, por eso había tensión en cada balón. El Clínicas, que supo manejarse mejor en este ambiente, se echó a lomos de «Carlinhos», un veterano en estas lides. En una batalla de ajedrez en los banquillos, los de Aurioles se mostraron infinitamente más solventes. Una canasta más adicional certificó una victoria que vale su peso en oro. Llegados hasta aquí Torremolinos tiene que dictar sentencia. El viernes, tercer partido.