Dos golazos del croata Dude Cop y de Víctor Rodríguez en los minutos iniciales de la segunda parte dieron la victoria a un Sporting en construcción, ante un Athlétic de Bilbao que dominó en El Molinón, pero que no gozó de oportunidades mientras que los gijoneses supieron aprovechar las suyas.

Abelardo presentó una alineación con seis jugadores nuevos con respecto a la pasada temporada, mientras que Valverde apostó por prácticamente los mismos de la anterior campaña, lo que de mano parecía dar a los bilbaínos la ventaja de su mayor compenetración.

El centro del campo local lo formaron Sergio Álvarez y Nacho Cases dos futbolistas que, debido a las lesiones, apenas jugaron durante la pretemporada en lo que fue una apuesta un tanto arriesgada por parte del entrenador local.

Entre los nuevos del Sporting fue Amorebieta, al que la casualidad hizo que su vuelta a España y su debut con el conjunto gijonés fuera ante el equipo de toda su vida, el que mostró su poderío en el juego aéreo.

El Athlétic dominó el juego especialmente en los primeros 20 minutos de partido en el que gozó de las mejores oportunidades, la primera en una falta sobre Williams lanzada por Beñat que Adúriz no llega a rematar.

Adúriz, en fuera de juego, tuvo la primera gran ocasión, al plantarse solo ante Cuéllar, al que quebró, aunque el resbalón posterior permitió a la defensa despejar el peligro.

Poco a poco el Sporting fue igualando el juego con Víctor Rodríguez y Moi Gomez, que empezaron a crear peligro hasta el punto de que el primero de ellos remató de cabeza un centro del segundo que salió fuera por muy poco.

La primera parte se cerró con el lanzamiento de una falta por parte de Víctor Rodríguez que sale alto por poco y la tercera bronca a Clos Gómez por la tarjeta que le mostró a Amorebieta en un salto con un rival en el centro del campo.

Dos goles para enmarcar

Los primeros minutos de la segunda parte cambiaron radicalmente el partido hasta entonces controlado por el conjunto vasco que vio como en tres minutos el Sporting se ponía con 2-0 a su favor tras dos goles para enmarcar.

El primero llegó en una volea de Cop tras el lanzamiento de un córner por parte de Burgui que se coló casi por la escuadra de la portería defendida por Iraizoz, que no llegó en su estirada.

Cuando los bilbaínos aún estaban asimilando el gol encajado Burgui robó un balón en el centro del campo, vio a Moi Gómez desmarcado y le envió el balón que este devolvió sobre la llegada por el centro de Víctor Rodríguez, que disparó cruzado al fondo de la red.

El Sporting se desmelenó con Burgui, Moi Gómez, Víctor Rodríguez y Cop combinando con velocidad y acierto lo que provocó otra llegada al área de Burgui que fue derribado por Boveda y el árbitro pitó un penalti bastante riguroso.

Isma López cogió decidido el balón pero tiró mal y por el centro lo que permitió a Iraizoz despejar, pero el balón llegó otra vez al lanzador que cometió un segundo error y chutó muy alto en lo que podría haber sido el gol que cerraba el partido.

Los dos entrenadores comenzaron a hacer cambios y Abelardo dio entrada de manera consecutiva a Xavi Torres por Sergio Álvarez, que se había vaciado y acusaba ya la falta de pretemporada debido a la lesión, y Valverde a Muniain para dar velocidad a sus ataques.

El juego se equilibró y las oportunidades se redujeron porque se entró en una lucha en el centro del campo, intenso pero que acabó con los brillantes minutos que los locales estaba jugando en la segunda parte.

El Athlétic lo siguió intentando y en una de sus llegadas Williams, escorado, remató un balón que tocó en Adúriz y despistó a Cuéllar que no pudo impedir el gol del Athlétic.

Lo que estaba siendo una plácida segunda parte para los locales se transformó en los habituales nervios que los gijoneses tienen acostumbrados a sus aficionados pero en esta ocasión el Sporting aguantó como mucho sufrimiento para lograr una victoria que no solo supone tres puntos sino la confianza de un equipo en construcción y romper además el gafe con los bilbaínos en El Molinón.