Una descomunal tromba de agua que se desató a las 8.15 horas de la mañana de ayer sobre la capital de la Costa del Sol, con los más de 3.500 participantes de la Maratón ya calentando por los alrededores del paseo del Parque, provocó la suspensión de la VII Maratón de Málaga, prevista para las 9.00 horas, aplazada en un principio para las 10.30, y que al filo de las 10 de la mañana quedó suspendida de forma definitiva, entre las lágrimas de los organizadores, voluntarios y, por supuesto, los corredores.

Ni los más viejos del lugar recordaban ayer la suspensión de una Maratón en España por cuestiones climatológicas. La hemeroteca habla de alguna incidencia similar en Medias Maratones, pero en la distancia reina del atletismo, nada de nada.

Es curioso que Málaga, una de las pocas ciudades de Europa en las que es posible organizar una prueba como ésta en pleno mes de diciembre, ayer tuviera que rendirse a un cielo gris negruzco que no dejó de echar agua sobre la capital durante toda la mañana. Y eso que la organización esperó y esperó a ver si el tiempo daba una mínima tregua para intentarlo. Pero fue materialmente imposible.

Sobre las 8.30 horas, 30 minutos antes de la hora prevista para la salida oficial, los corredores se agolpaban en torno a la zona de la salida en el Paseo del Parque. A esa hora el aguacero era intenso. Todos ya con su dorsal pegado en las camisetas buscaban refugio bajo algún pequeño saliente de cualquier edificio, en el interior de la Casona del Parque o en las carpas habilitadas por la organización para voluntarios, prensa, cronometradores y demás actores «secundarios» de una gran prueba como es una Maratón.

Los primeros rumores de una posible suspensión de la carrera a esa hora ya eran la comidilla de los runners, conscientes del estado de las calles, con charcos de más de tres y cuatro metros de diámetro y con las noticias que vía redes sociales comenzaban a llegar de los graves problemas de inundaciones que estaban aconteciendo en la capital y en el resto de la provincia.

Al filo de las 8.45, la organización comunicaba oficialmente que la Maratón quedaba aplazada hasta las 10.30 horas... si es que mejoraban las condiciones climatológicas. Algo que no solo no pasó, si no que fue a peor con el paso de los minutos.

Protección Civil y los Bomberos a esa hora no daban a basto ya en distintos puntos de la ciudad achicando agua de sótanos y bajos. En el hall del Ayuntamiento, repleto de corredores ávidos de noticias, la desolación aumentaba minuto a minuto. Tras muchos meses de preparación, tras viajes desde distintos puntos de la geografía nacional e internacional, parecía que correr por las calles de Málaga iba a ser imposible.

A las 9.45 era ya oficiosa la suspensión de la carrera, pero faltaba una confirmación oficial que, entre lágrimas, fue un hecho al filo de las 10 de la mañana.

Un comunicado de los organizadores poco después explicaba las circunstancias de una decisión para la que realmente no existía ayer ninguna otra alternativa: «Debido a las inclemencias meteorológicas y por fuerza mayor, el Área de Seguridad del Excmo. Ayuntamiento de Málaga, organismo encargado de velar por la seguridad de los participantes y seguridad ciudadana, ha comunicado formalmente a la organización del Maratón de Málaga y de la I Carrera de los boquerones la necesidad de cancelar la prueba, cuya salida estaba prevista para hoy a las 09:00 horas. La decisión se ha tomado tras la comunicación por parte de la Delegación de Seguridad de estado de alerta roja por lluvias e inundaciones en Málaga y tras las reuniones mantenidas con el Ayuntamiento, el alcalde, la Concejalía de Deportes, Málaga Deporte y Eventos, Policía local y Protección Civil. Todos los participantes pueden dirigirse a la organización a través del correo info@maratonmalaga.com para resolver cualquier duda. Asimismo, la organización de la prueba comunicará próximamente los siguientes pasos a todos los participantes y se pondrá en contacto con ellos por las vías habituales. Agradecemos la comprensión de todos los participantes. Muchas gracias».

Espera hasta última hora

Hasta el último momento se barajó la posibilidad incluso de correr solo 5 ó 10 kilómetros a modo de compensación para que todos los corredores al menos pudieran estirar los músculos y quitarse el «mono» de quedarse sin prueba. Pero también se decidió evitar cualquier riesgo y cancelar cualquier tipo de carrera por los problemas de posibles lesiones que podían haber causado a los corredores, incapaces de saber qué estaban pisando en varias zonas del recorrido oficial.

En un abrir y cerrar de ojos, toda la zona en torno a la línea de salida se quedó vacía de runners y acompañantes, desolados por una situación atmosférica tan adversa. Casi de inmediato, también comenzó a retirarse toda la infraestructura de la carrera a fin de reabrir el tráfico a la mayor brevedad posible.

A lo largo de las próximas jornadas, la organización emitirá un comunicado en el que se valorará lo acontecido ayer y qué repercusiones puede tener en los corredores que ayer se desplazaron hasta Málaga y pagaron su inscripción para correr la séptima edición de la gran carrera malagueña. Según está estipulado en las bases de la prueba, la organización no tiene obligación de devolver el dinero a los corredores en caso de suspensión de la prueba por una causa de fuerza mayor -como es este caso-. Además, hay un problema añadido y es que a la empresa Octagon -organizadora del evento- le vence el contrato de dos años que firmó con el Ayuntamiento, a través de Málaga Deportes y Eventos, el pasado abril de 2015, por lo que tiene que salir a concurso de nuevo quién se queda con la preparación del evento para las próximas ediciones. Si fuera Octagon de nuevo la elegida, -el pliego de condiciones establecía un contrato de dos años prorrogables por otros dos más- sería más fácil algún tipo de compensación para los corredores a la hora de inscribirse para la Maratón de 2017. Si es otra empresa la organizadora, está virtualmente descartado, pero es algo que se discutirá entre hoy y mañana entre el Ayuntamiento y la empresa.

Octagon es una multinacional americana especializada en la organización de eventos deportivos, representación de deportistas y consultoría. Cuenta con más de 20 oficinas en todo el mundo con más de 800 empleados.