El Marbella cerró 2016 en el Municipal con una nueva decepción para sus incondicionales. Vive de las rentas que obtuvo con la histórica racha de victorias que logró en el arranque liguero, pero lo cierto es que su mal estado de forma ha desatado ya todas las alarmas. No es normal que un conjunto que todavía se mantiene como segundo en la tabla sólo haya sido capaz de ganar un encuentro en las últimas ocho jornadas.

Ayer volvió a demostrar su falta de pegada frente a un rival directo en la lucha por alcanzar una de las plazas que dan derecho a disputar la fase de ascenso a Segunda. Mucho mejor plantado, el Jumilla salió dispuesto a amargarle la tarde a un conjunto costasoleño al que, sobre todo, le falta confianza. Una y otra vez se estrellaron los pupilos de Mehdi Nafti sobre el muro que impuso el cuadro murciano.

Los locales terminaron de complicarse el duelo entre aspirantes en el minuto 36. Lolo González, que ya había visto una amarilla, interceptó incompresiblemente el esférico con la mano. La jugada carecía de peligro, porque además el balón dividido se encontraba en las inmediaciones del centro del campo. A partir de ahí, los blanquillos aún lo tuvieron más difícil para encontrar el camino hacia las inmediaciones del arquero Jero.

Los mejores instantes del Marbella se sucedieron en los primeros minutos. Goti, totalmente solo ante el meta rival, envió el balón por encima del larguero. Apenas se había cumplido el minuto 8. Respondió el Jumilla en el minuto 21, al rematar Perona, libre de marca, ante Guille Lara. El guardameta local sí que sería determinante, porque el balón iba hacia sus mallas, nada más reanudarse el encuentro después del descanso. Fue Neftalí el que estuvo a punto de marcar, al rematar un saque de esquina.

Ante la desesperación de la afición marbellí, los minutos empezaron a sucederse con muy pocas acciones de peligro. Si el partido ya había sido aburrido hasta entonces, la renuncia de los visitantes a alcanzar los tres puntos terminó por destruir el posible espectáculo.

Como apunte destacado en esta recta final, un envío Kike Márquez que intentó rematar Okoye. Para un sector de la grada, que protestó la jugada, el balón había sido interceptado con la mano por un defensa visitante. Así terminó el encuentro, justo con el tanteo inicial.