50 años después de fotografiarse, en 1967, en la pista de baloncesto que se construyó junto a La Rosaleda, entre Fondo y Preferencia, al lado dl río, nueve de los integrantes de la sección de baloncesto del Club Deportivo Málaga volvieron a reunirse ayer en calle Larios. Fue un reencuentro emotivo, repleto de sonrisas, abrazos y en el que se amontonaron las historias, los recuerdos y una vida ligada al balón naranja. De los comienzos del baloncesto en Málaga, del apoyo del equipo de fútbol, a la creación del Centro de Deportes El Palo, al Caja de Ronda, Maristas y hasta nuestro actual Unicaja. El básket en blanco y negro, que también lo hubo. Recuerdos de una vida en clave de balón, tablero y redes.

Hace 50 años, el CD Málaga inmortalizó en una foto a un equipo que militaba en Segunda y que se preparaba para dar el salto a Primera B. «Subimos muchas categorías, fue una época muy bonita», recuerda Jacinto Castillo. Jacinto sigue estando joven. «No tanto como en la foto», dice un compañero entre risas. Pero se conserva estupendamente. Esa imagen es el reflejo de una época y ayer, en calle Larios, mientras se desmontaba la colección de imágenes que recorre la historia del CD Málaga y del Málaga CF, obra de la Fundación del Málaga CF, los protagonistas se volvieron a inmortalizar delante de ella. Justo, además, en la misma posición.

El entrenador, Manolo Jato, un técnico de baloncesto gallego que vino a hacer la mili a Málaga, eligió esta tierra. Y, con un equipo de juveniles con mucha calidad y algunos jugadores del Ademar Maristas, formó un equipo que adoptó el CD Málaga. Los responsables de esa unión fueron Alfonso Queipo de Llano y Jesús Bonilla. Ninguno pudo estar ayer en calle Larios por cuestiones personales. Sí que estuvieron nueve de los 13 protagonistas de la foto: Manolo Jato, Jacinto Castillo, Ramos Llorca, Joaquín Gallardo, Eugenio Oliver, Arturo Meliveo, Antonio Jesús Espejo, Fernando Corrales y Juan Rabanedas, además de los ausentes Bonilla y Fernando Cabrera. En aquel equipo también jugaban los ya difuntos Evaristo Chacón y José Luis del Nido.

No fueron los únicos que se acercaron ayer a las 19.00 horas al corazón de Málaga. Otros exjugadores del CD Málaga o de una época posterior acompañaron a sus excompañeros. El club de fútbol se hizo cargo de la sección de baloncesto a mediados de la década de los 60 y la vinculación duró una década. Un tiempo imborrable, en el que el equipo llegó a estar en la Primera Nacional B, la segunda categoría del baloncesto español. «Yo fui el jugador más joven en debutar en esa categoría, con sólo 15 años. Tuvieron que ir Bonilla y Queipo de Llano a convencer a mis padres, porque había que viajar a Cataluña casi todas las semanas», relata Pablo Antón. Fue una tarde de reencuentros y de emociones. «Yo comencé a jugar en 1972, era todavía juvenil, y unos años después ya nos fuimos con Alfonso Queipo al CD El Palo», cuenta Bernardo Rodríguez.

Es la historia del baloncesto malagueño, que cuenta con excepcionales directores, guionistas y actores, como José María Martín Urbano, que recuerda cada detalle de la época. «La pista en La Rosaleda, las duchas sin agua caliente, la pista sin techo...». Una historia y una foto que ayer cumplieron 50 años.