Un árbitro de baloncesto ha denunciado este sábado por la tarde una agresión a la finalización del encuentro que había dirigido por parte de varios padres, que le golpearon en el suelo, donde le propinaron patadas y puñetazos, según su versión, así como a su novia, que también sufrió impactos en tórax y cuello al intentar mediar en la agresión. El colegiado J.C.A. se dirigió al hospital, tras recibir el apoyo de los responsables de los dos clubes a los que acababa de dirigir, tanto del CB Ciudad de Melilla como del CB Benalmádena, y posteriormente presentó la denuncia de los hechos.

El desgraciado suceso ocurrió este sábado al mediodía, después de que los equipos infantil de CB Ciudad de Melilla y CB Benalmádena se midieran en el pabellón benalmadense, dentro de la fase final de la Liga provincial de la categoría masculina. Una vez concluido el encuentro, y según ha explicado el árbitro a los responsables federativos, al salir del recinto y acercarse a su coche, junto a su novia, varios niños estaban apoyados en él y les pidió que se retiraran para poder salir. Tras depositar su bolsa de deporte en el maletero y entrar en el vehículo, un padre de uno de los niños a los que había arbitrado le abrió la puerta y le dijo que no se dirigiera a su hijo en ese tono y, acto seguido, le profirió insultos, según el relato del colegiado.

El árbitro J.C.A. cerró la puerta y encendió el coche, pero en ese momento varios padres, que según él portaban distintivos del Ciudad de Melilla, golpearon el vehículo y uno de ellos se puso justo delante, impidiéndole cualquier tipo de maniobra. El colegiado bajó del coche y le pidió a ese padre que se retirara y, de inmediato, una madre le recriminó su "arbitraje de mierda". El colegiado insistió en que le dejaran y le indicó a esos padres que su actuación no había sido para nada definitiva, ya que habían "perdido por 30 puntos".

Sin mediar palabra, y según este relato del colegiado a órganos federativos, recibió un puñetazo que logró esquivar e, inmediatamente, le tiraron al suelo. Le golpearon y le patearon en repetidas ocasiones e incluso su novia, que trató de mediar, recibió también varios impactos. Según el relato del árbitro, eran padres del Ciudad de Melilla.

El propio club malagueño, a través de uno de sus responsables allí presentes, ayudó en todo momento al árbitro, se interesó por su estado de salud y se prestó a asistirle o a apoyarle en su denuncia, prestando declaración sobre cómo habían sucedido los hechos en caso de ser necesario. También actuaron así los miembros del CB Benalmádena.

J.C.A. y su novia se dirigieron al hospital, donde le practicaron varias pruebas, detectándosele hematomas, cortes superficiales y varias heridas. Su novia se queja de un fuerte traumatismo en el tórax y en las cervicales. Se ha presentado la preceptiva denuncia en Comisaría.

La Opinión tuvo acceso a esta información y al relato de los hechos a última hora del sábado y durante el domingo se ha puesto en contacto con el CB Ciudad de Melilla, club modélico que ha impulsado de nuevo el baloncesto en su barriada. Fuentes de la entidad han condenado enérgicamente los hechos y cualquier tipo de violencia relacionada con el deporte. Estas fuentes han explicado que están a disposición de la Federación, del colegiado y de la Policía, a la que ya prestó declaración el mismo sábado por la tarde, ayudando a las fuerzas de seguridad a identificar a los presuntos autores de la agresión.

El club sí que desea matizar que la pelea no tuvo nada que ver con el baloncesto ni con el partido, que ganó el equipo benalmadense con claridad, y sí con un hecho en el parking del pabellón de Benalmádena, cuando uno de los jugadores del equipo chocó con el coche del árbitro, en los típicos juegos de los chavales, y éste le llamó la atención. Entonces, y ajeno a lo que había sucedido en el parqué, se originó la trifulca. Un padre le increpó y luego metió medio cuerpo en el vehículo a través de la ventanilla y el conductor (el árbitro) trató de salir en marcha. Esto llamó la atención de varios padres más.

Ahí fue cuando uno de ellos le recriminó su mal arbitraje y el colegiado contestó que "no se quejaran tanto, que habían perdido por 30 puntos". A partir de ahí se calentó el ambiente y se desató la pelea, en la que los dos técnicos del club malagueño mediaron y trataron de separar. Luego, se quedaron en todo momento junto al árbitro, apoyándole, y prestando declaración a la Policía.

El club ha comenzado ya una investigación interna y ha dado con los padres que participaron en la trifulca, lo ha puesto en conocimiento de la Policía y ahora tomarán medidas en su régimen interno contra ellos. Insisten desde el Ciudad de Melilla que condenan todo tipo de violencia en el deporte y en el baloncesto y que este "desafortunado hecho" fue ajeno al partido y se originó en el parking.