José Luis Paradas Romero dimitió en plena carrera ascendente, como colegiado de la máxima categoría del fútbol español, hace ahora cuatro años y medio. Tras el encarcelamiento de Ángel María Villar y su todavía reciente destitución como presidente de la Federación Española de Fútbol, el exárbitro antequerano fue consultado ayer por este periódico para conocer cuáles fueron las circunstancias exactas sobre su mediática renuncia. «No puedo decir que me haya sorprendido todo lo ocurrido ahora. Me fui de la última reunión que tuve con Villar diciéndole que ellos no eran dignos de estar rodeados de personas íntegras», argumenta.

Por mediación de Eduardo Herrera, el presidente de la Andaluza, Paradas Romero logró celebrar un encuentro con Madrid con Villar, en presencia de Sánchez Arminio, el máximo responsable de los árbitros en España durante décadas. «Le dije a Sánchez Arminio que me disponía a manifestar todo lo que me había ocurrido y que si tenía algo que matizar, que me interrumpiera. Pues en más de media hora de intervención no lo hicieron en ningún momento, de manera que se entendía que no había faltado a la verdad», añade.

El colegiado indicó por entonces que se marchaba a casa, junto a su mujer y sus tres hijos, porque no estaba dispuesto a pertenecer a un colectivo con tantas contradicciones. «Después de un partido que pité al Real Madrid en Villarreal y en el que expulsé a varios jugadores madridistas recibí llamadas tanto de Sánchez Arminio como de Díaz Vega donde se reconocía como excelente mi trabajo, en virtud de los informes que ellos mismos habían recibido. Pero no obstante me indicaron que habían recibido presiones y que, por protegerme, lo ideal sería que durante un año no pitase más partidos al Real Madrid».

Aquellas presiones fueron el detonante de todo. «Después de explicarlo, Villar me preguntó que si era una cuestión económica, que podían darme más dinero. Y se brindó a que siguiera vinculado a la Federación, preparando informes o pitando en Segunda. Pero me negué porque creo que tenemos que ante todo tenemos que ser personas dignas. Además, tenía una independencia económica que es lo más importante que tenemos en la vida», relata.

Niega las posibles mordidas

Paradas Romero, no obstante, es tajante respecto a las supuestas mordidas de las que se ha hablado en estas últimas semanas. «A mí no me consta. Igual que nadie me ha llamado nunca antes de un partido para realizar cualquier tipo de observación. Pero tengo que reconocer, sin embargo, que desde dentro muchas personas sabíamos de ciertas cuestiones que podrían ser irregulares. Aquí hay un problema de fondo y de gestión. Y como a nivel político ya es hora de que se limiten los mandatos a un máximo de ocho años», concluye.

«Tarde o temprano al final todo se sabe. Como en la política, hay personas muy honestas y otras que se crean sus propios entramados y empresas cuando pasan tantos y tantos años. Los árbitros, por ejemplo, sabíamos de lo de las equipaciones Pony. Éramos conscientes de que eran de muy mala calidad y de que algo podría haber detrás del suministro para los más de 10.000 árbitros que conformábamos el colectivo», agrega el excolegiado con la vista puesta en episodios que en su momento ya fueron expuestos en alguna que otra asamblea de los propios trencillas españoles.

Precisamente habló también de esta circunstancia el propio Paradas Romero. «Mucha gente fuera del fútbol estará sorprendida en estos días sobre cómo Villar pudo permanecer tantas décadas en el cargo con una asamblea integrada por más de 150 personas. En mi caso, pasados unos años, empecé a preguntarme por qué nunca me llamaban a mí a unas asambleas a las que asistían en cada sesión un total de 12 árbitros, en representación nuestra. Pasado el tiempo lo vi con mayor claridad: sólo nombraban como asambleístas a las personas cuyos votos eran fáciles de manipular», especifica.

Para este testigo directo sobre lo que durante años ocurría dentro del estamento que coordina todo el fútbol español, «ahora se han tomado contra Villar una serie de medidas. Pero seguro que habrá en un futuro muchas más personas implicadas. Con tantos años en los cargos, hubo muchas que han traspasado una serie de líneas. El tiempo terminará por poner y quitar a las personas».

«Había una telaraña y la conclusión que saqué es que en la misma se protegían unos a otros. Porque Villar se mostró sorprendido sobre todo lo que conté delante de Sánchez Arminio, pero la realidad es que él mismo finalmente acató lo que había. Se protegieron unos a otros y yo terminé fuera del fútbol», finaliza Paradas Romero.