El Marbella FC regresó ayer a los entrenamientos tratando de ofrecer una imagen de tranquilidad pese a la detención de su presidente Alexander Grinberg el pasado martes tras estar envuelto, presuntamente, en una operación de blanqueo de 30 millones de euros.

Así, los jugadores y miembros del cuerpo técnico blanquillo quisieron dar una imagen de tranquilidad pese al revuelo que se originó por los acontecimientos extradeportivos que azotan a la entidad, con el máximo dirigente ruso a disposición judicial.

Pese a que la incertidumbre en Marbella por el devenir del equipo es máxima, el equipo prefiere escudarse en el fútbol y solo piensa en el duelo del domingo ante el Jumilla, donde esperan anotarse el primer triunfo a domicilio.