«El sueño de una noche de verano», como reza una de las obras más reconocidas del célebre Wiliam Shakespeare. Los campamentos estivales ya son toda una tradición en Málaga durante el mes de julio, y es que la Costa del Sol se sitúa como uno de los enclaves más codiciados para celebrar campus de ocio o tecnificación deportiva. Entre los más destacados encontramos el Campus Fundación Unicaja, el Campus Novaschool Felipe Reyes o el Campus Estepona Vicente del Bosque, además de una amplia oferta de campamentos dedicados al ocio, como es el caso del llevado a cabo en Sabinillas. Pero entre todos ellos destaca el maravilloso mundo de Wobland.

World of Basketball (WOB) es algo que va mucho más allá del baloncesto. Un refugio único en el que dejar escapar tu imaginación y ser realmente lo que quieres ser. Distinguido como uno de los mejores campamentos en el panorama español, el WOB ofrece a niños desde 4 a 18 años una experiencia indescriptible durante toda una semana, en la que a través de los valores del baloncesto los wobers conocen y aprenden a convivir con personas de todos los puntos de la península.

Un equipo de profesionales compuesto por más de 100 personas trabajan 24 horas por y para los más de 500 niños que se han dado cita en cada uno de los dos turnos del campus este año. Ubicado en el colegio de Los Olivos, uno de los más grandes en Málaga, el WOB se ha destacado por traer a las sensaciones del momento en la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA. Si el año pasado fue el turno de Sergio Rodríguez, en esta edición el maestro de ceremonias ha sido el jugador de los Denver Nuggets, Juancho Hernangómez. El hermano chico de la saga causó una magnífica impresión desde el primer día que pisó las pistas del centro agustino, y es que su cercanía con los más pequeños ha sido una de las claves para el genial funcionamiento del campamento.

Aunque el verdadero éxito de este universo paralelo que cobra vida la primera quincena de julio reside en una dirección impecable comandada por David Fernández, responsable creativo; Pedro Pablo Suárez, director del campus; Adriana Rodríguez, coordinador general; y Macarena Díaz, ayudante de dirección. Al mando del timón, este grupo humano ha conseguido cuajar uno de los mejores trabajos desde que el proyecto comenzara a principios de siglo.

La base, en la organización

Aunque el concepto y la esencia del baloncesto se aprecia desde el propio nombre, el refugio WOB se puede vivir desde distintas perspectivas, aunque con un objetivo principal: vivir y compartir el momento. En primer lugar está Campus PRO, dedicado durante la gran parte del día a tecnificar a las futuras generaciones del baloncesto contando con el prestigio de Bernardo Rodríguez en la coordinación.

Por otro lado está el Campus Experience, en el que además de trabajar baloncesto los chicos desarrollan sus habilidades a través de distintas actividades como circo, acroyoga o danza. Y también el «World of Basketball» hace una apuesta total por la mejora en el aprendizaje del inglés con la opción Campus English, que cuenta con un personal altamente cualificado. No obstante, los chicos pasan incluso un día fuera de los muros del campus y salen al parque acuático Aqualand para pasar una jornada entre atracciones y risas bajo el caluroso sol malagueño. Un aliciente más para escoger este campamento.

La diferencia reside en los pequeños detalles y este campus no está hecho más que de muescas de cada individuo que lo habita, de un trocito de ti que se queda allí, que das para recibir mucho más. El secreto está en percibir esa inmaterialidad, la fluidez de las relaciones personales y la convivencia con el fin de concerte mejor a ti mismo y crear vínculos difícilmente borrables. El tiempo, la localización y las personas han generado que esta zona de Andalucía se erige como principal atractivo para aquellos que deciden sumergirse en los diferentes campamentos que están a la alcance de todos. Málaga no defrauda y sus campus son verdaderamente un sueños de verano.