Combatiendo el calor estival, cientos de jóvenes aprovechan sus vacaciones para seguir jugando al baloncesto en los Campus que abundan por tierras malagueñas. La visita de la estrella invitada suele ser uno de los platos fuertes para los chicos y chicas. En el caso del Campus del CB Platero, la ilusión fue ayer doble. El internacional marbellí Rubén Guerrero, muy vinculado con su ciudad natal y padrino del club anfitrión, aprovechó ayer su descanso estival en la NCAA para compartir la mañana con el centenar de jugadores de este joven club.

El «Padrino», como es conocido entre los jugadores del CB Platero, siempre está dispuesto a participar y colaborar con el proyecto del club, que nació en el seno de un colegio público de su ciudad natal y que a día de hoy, a pesar de no contar con todas las ayudas necesarias, está haciendo un grandísimo trabajo con los jóvenes de la zona de Las Chapas, tanto es así que han ampliado su colaboración con otros seis colegios del Municipio que quieren implantar un proyecto que une inexorablemente el baloncesto y la Educación.

Rubén Guerrero afronta con mucha ilusión la recta final de su experiencia universitaria americana. Un año sin darlo todo en la cancha es demasiado para un tipo con un gen competitivo como el del jugador malagueño. La investigación auspiciada por la NCAA a raíz de presuntas irregularidades académicas en su anterior universidad (South Florida) le obligó a pasar el último año sin pisar el parquet, tras enrolarse en las filas de la Universidad de Samford. El objetivo del interior costasoleño es hacer la mejor temporada posible (su entrenador le ha asegurado que será el pilar sobre el que va a construir el juego ofensivo del equipo) y así situarse como uno de los proyectos de pívots puros más apetecibles previo a su entrada al Draft.

Los chicos y chicas del CB Platero alucinaron con las condiciones físicas de Rubén, una torre de 2,11 metros y 117 kilos, y aún más con su capacidad para compatibilizar estudios y deporte de alto nivel. Después de cinco años en USA, Guerrero puede presumir de tener dos licenciaturas (Finanzas y Economía) conseguidas a base de mucho esfuerzo y trabajo. Rubén lleva una carrera de continuo crecimiento, como demuestra la llamada de Sergio Scariolo en las ventanas del pasado verano con la selección española.

Dando respuesta a la curiosidad de los chavales, Rubén puso mucho énfasis en su experiencia en la selección nacional. Compañero de habitación de Pau Ribas, el marbellí afirmó que la clave de los éxitos de «La Familia» radica en el ambiente positivo existente entre los internacionales y que alimentan una sana rivalidad dentro del grupo; tal y como insistió, la competencia positiva termina generando mejoras en el grupo.

Al final de la mañana, Guerrero se despidió de sus «platerillos» hasta el próximo verano en el que seguro volverá a las pistas del CB Platero con más historias que contar y un futuro lleno de proyectos en la selección española, la NBA o, por qué no, en las filas de Unicaja.