Fundado en el año 1983 y considerado oficial por la Federación en 1994, los Tiburones de Málaga son un club de béisbol que ha conseguido alzarse con tres de los últimos cuatro Campeonatos de Andalucía. Todos a excepción del año 2017. En la Primera División nacional, equivalente a una segunda categoría, el conjunto presidido por Miguel Padrón buscará el ascenso a División de Honor los próximos días 16 y 17 de septiembre en Madrid.

Pero en este punto es donde llegan los problemas. Hace dos semanas estuvieron reunidos con la concejala de deportes para buscar una solución. «Nosotros representamos a la ciudad», comenta Padrón, ya que las únicas ayudas que han recibido provienen de Clínicas Rincón, en 2015 para viajar al Campeonato de Gijón, y por parte de la Diputación, con el asunto de los arbitrajes. Esta vez hay posibilidades de ascender por «el gran nivel del equipo», como asegura el director general, y mientras tanto continuan entrenando en una pista de cemento, cuando alguna localidad sevillana más pequeña o incluso Rota sí que poseen las instalaciones adecuadas.

La plantilla senior está compuesta por jugadores de siete nacionalidades, entre los que se encuentran dos refugiados, y algunos de ellos están en paro, por lo que las posibilidades económicas están muy limitadas. Además, cuentan con un equipo sub'13 que ha quedado subcampeón de su liga. «Cada bola cuesta 8 euros y los bates especiales, 160», explica Miguel Padrón, en una de las realidades a la que tienen que hacer frente, sin mencionar que no podrían subir de categoría sin un campo adaptado a las condiciones exigidas por la Federación.

España es la tercera potencia europea en béisbol, solo por detrás de Holanda e Italia, y la Selección sub'18 ha sido subcampeona de Europa y defenderá los colores en el próximo Mundial del año que viene.

Desde los Tiburones admiten tener contactos en la MLB y podría ser una opción el hecho de que el proyecto de academias de béisbol aterrizara en la Costa del Sol, pero la situación actual lo hace inviable. «Nuestra única opción estaría en alquilar el campo de Benamejí a 70 kilómetros de la capital», lamenta Padrón. Un deporte minoritario, en el que Málaga podría ser referencia.