La nadadora malagueña Paula Ruiz cumplió con creces el objetivo marcado de estar en el top 10 continental de unos Europeos. La prueba fue muy dura y los 10 kms olímpicos fueron nadados con neopreno por la temperatura del agua (16,7), y en un ambiente fresco y ventoso. La también malagueña María de Valdés acabó la 22ª en las peores condiciones posibles para ella.

Comenzó la carrera con una temperatura del agua de 16,7 grados -algo más fresca que el día anterior en el 5k- pero con una sensación térmica fría por el viento y las nubes que dejaban ver el sol a cuentagotas. Eso no fue impedimento para que, tras los primeros compases de tanteo, la alemana Wunram se pusiese a tirar del grupo. Paula Ruiz iba segunda tras ella y aproximadamente en el primer kilómetro, la germana decidió frenar el seco, lo que provocó unos segundos de carrera sin dueño, ya que la española, inteligentemente, no quiso picar el anzuelo. En esas llegó Sharon van Rouwendaal, que lo nada todo, para desatascar el asunto.

Y la holandesa se puso a tirar con las italianas delante también haciendo estrategia de equipo. María iba en el grupo central, dentro de la montonera con tendencia al carril para evitar sustos en forma de golpes, que en esta disciplina son el pan de cada día, de hecho hubo una amonestación a Paula en el 2.5 que cortó su ritmo en un momento clave, y ella tras la carrera no sabía por qué.

Carrera abierta y paso por el ecuador (5.000) donde dominaba Sharon y la primera española, Paula Ruiz, era undécima. A partir de la tercera vuelta, el grupo se estiró mucho y la italiana Gabrielleschi se posicionó en la segunda plaza a los pies de la holandesa. Se barruntaban los momentos decisivos de la final. Al poderío orange se sumó la compañera de Sharon, Esmee Vermeulen, aunque italianas, alemanas y francesas estaban al quite oliendo medallas. Nulas noticias de las anfitriones británicas (Carlin, Huskisson y Dearing), de las rusas (Kaprivina y Novikova) y de las húngaras (Olasz, Novoszath y Somenek) y pocas de las españolas, con un Paula luchando por el top 10 y María en puestos más retrasados.

Y llegó la última vuelta, donde el reflejo de las medallas empezaba a ofrecer sus primeros destellos. Van Rouwendaal encabezaba un grupo de cinco unidades -su compañera, dos italianas y una alemana- que se iban a jugar las medallas, ya que a 1.28 estaba un grupo estirado con Paula Ruiz décima y María de Valdés 18ª a 2.38. Mientras Sharon se fue directa al oro (merecidísimo doblete), Paula se aferró al Top 10 con el coraje que le caracteriza y cerró a la peligrosa húngara Olasz. María, a la que el neopreno y la temperatura del agua (16,7) no favorecen su técnica de nado, demasiado hizo con apretar sola y acabar la 22ª. La malagueña está en franca progresión. En el Mundial fue la 30ª y ahora casi roza el top 20.

Paula Ruiz estaba contenta. «Estoy muy contenta de mi carrera. Puedo decir que he cumplido el objetivo de estar entre las diez primeras. Ha sido una carrera muy rápida y fuerte, aunque salí con ganas y a tope. En el 2,5 me amonestaron y no sé por qué. Me dieron golpes y yo también di». Por su parte, María de Valdés comentó: «Al principio me he encontrado bien, pero luego ha sido bastante duro porque al final he ido sola y me ha pasado factura. Soy una nadadora de temperatura del agua más caliente y de tiempo más calmado. Ahora tengo muchas ganas de hacer el relevo para intentar acabar bien el campeonato».