La niña que se convirtió en la jugadora más joven en debutar en el circuito del World Padel Tour (WPT) en Valencia 2016 con sólo 14 años ya es una mujercita. Sólo tiene 16 años, pero Beatriz González Fernández quema etapas y ya ha disputado dos semifinales en este 2018, la última este fin de semana en Mijas, un sueño para ella.

¿Cómo se encuentra toda una semifinalista del Cervezas Victoria Mijas Open 2018?

Bien, súper bien. Más descansada después de una semana de locura. Ha sido muy bonito todo lo que hemos vivido, pero también agotador. Hemos ganado todos los partidos en tres sets, sufriendo mucho y disputando cada partido, y la verdad es que acabé cansada.

En 2017 cayó en la primera ronda en Mijas. En este 2018 ha llegado a las semifinales. ¿Qué ha cambiado?

El año pasado vine a jugar con Nela y este año con Cata tengo más confianza y somos mejor pareja. Ha sido una locura todo lo que ha pasado esta semana. No me esperaba llegar a semifinales. El año pasado perdimos el primer partido. Sabía que iba a ser mejor este año, porque estamos entrenando mucho. Sentía que estaba preparada, pero nunca sabes qué puede ocurrir, hay mucha igualdad.

¿Qué cambia de jugar en Mijas a hacerlo en cualquier otra pista del World Padel Tour?

Toda la gente que te viene a ver, se ha llenado la pista con un montón de gente, familiares y amigos.

¿Qué sintió al verse en la pista central?

Para mí era un sueño jugar en la central, totalmente. Cuando era pequeña, el circuito se jugaba en el Martín Carpena, y yo iba a verlo con mis padres, y les decía que yo quería jugar allí, que quería estar algún día en esa pista central jugando. Y en Mijas lo he logrado, y ha sido súper guay.

¿Cómo ha vivido el torneo?

Sabíamos que desde el primer partido iba a ser muy complicado, porque nos había tocado un cuadro chungo. Siempre hemos ido partido a partido, y al final nos hemos colado en las semis. Podíamos haber perdido antes, incluso en el primer partido.

Bea, usted tiene sólo 16 años, cumplirá los 17 en noviembre. ¿Se siente preparada para todo lo que le está ocurriendo?

Me gusta todo lo que me está pasando. Me siento muy querida. En este torneo más todavía. Me lo tomo muy bien, no tengo ninguna presión añadida.

¿Ha firmado autógrafos en Mijas esta semana?

Sí, unos cuantos. Los niños se te acercan y te piden las muñequeras y las toallas. Alguno seguro que no sabe ni quién soy, pero me ven jugar y me las piden.

¿Y le han pedido selfies?

También me he hecho muchos.

Quien le vio en el Cervezas Victoria Mijas Open de 2017 y ha vuelto a verla esta semana ha notado a una jugadora muy cambiada: juega cubriendo el revés de Cata, es muy agresiva, ha mejorado en todo y su evolución física ha sido portentosa.

Estoy cambiada, es cierto. La edad en la que estoy, de un año a otro, se me nota el cambio físico. Tengo más fuerza. Se nota la caña en los entrenos físicos. Cada año voy evolucionando. Me gusta jugar agresiva, atacando, en la red. Si juego parada no disfruto. También he trabajado los globos de defensa.

Con 16 años, ¿dónde está su techo en el mundo del pádel?

Ya no me veo como una niña jugando contra mujeres. El año pasado me noté más niña, este año estamos compitiendo de tú a tú con todas las rivales.

Usted comenzó jugando a un nivel serio con Paula Eyheraguibel. ¿Qué aprendió de ella?

Me enseñó casi todo. Cómo eran dentro y fuera de la pista los torneos del World Padel Tour. Me presentó al circuito, me guió, me ayudó muchísimo. Fue mi primera compañera y apostó por mí, y le tengo un cariño muy especial.

Luego jugó un tiempo con Elena Ramírez y con Nela Brito.

Con Elena me llevaba muy bien, pero los resultados no llegaron. Decidimos dar un cambio, pero sin malos rollos y con Nela mejoré.

Y este año ha dado el salto para jugar con Cata Tenorio, una de la mejores del ránking. ¿Cómo lo está viviendo?

Cata me enseña de todo. Es una profesional increíble. Me dice cómo jugar cada partido. Me enseña las cosas que hay que hacer antes y después de los partidos. Cuando estoy más perdida, ella me guía. Estoy muy feliz con ella.

En Mijas ha logrado su segundas semifinales de su carrera. Ya lo logró en el torneo de Jaén. Es la única malagueña del Circuito que ha jugado unas «semis» este año en el World Padel Tour.

Sí... es complicado porque cada partido es muy difícil de ganar.

¿Puede llegar una final o una victoria en este 2018?

No te puedo decir que sí y tampoco que no. Tras Mijas tenemos cinco torneos más. Hay mucha igualdad. Fíjate que el primer partido lo ganamos en el tercer set. Hay un gran nivel. De las tres o cuatro primeras parejas puede ganar cualquiera. Yo espero que podamos dar algún sustillo.

¿Cómo ha compaginado el instituto y el pádel este curso?

Bien, aprobé todas en 1º de Bachiller. No sé cómo lo haré este año que viene, me perderé muchas clases y tengo un año importante con la selectividad. Sí que tengo más o menos decidido cuando acabe el Bachillerato irme a Madrid a estudiar. No sé qué quiero estudiar aún. Pero me gusta INEF.

¿Se puede vivir del pádel?

Las chicas, sólo las tres o cuatro mejores parejas pueden hacerlo, las demás no podemos. Mi principal patrocinador es Star Vie pero yo no puedo vivir del pádel.

¿Existen grandes diferencias entre los chicos y las chicas?

Hay muchas diferencias. Los chicos ganan el triple más que nosotras. Es una lucha constante la que tenemos. Es una pasada. No da para vivir y por eso quiero hacer mi carrera universitaria. Porque luego hay lesiones o me puedo cansar del pádel, y por eso es importante estudiar la carrera.

¿Quién forma parte de su equipo de trabajo?

Yo en Málaga trabajo con mis dos entrenadores, Pablo Herrera y José Solano. Mi preparador físico es Antonio Portillo, con él estoy un par de días a la semana en Inacua. Y luego en los partidos nos dirige Manu Martínez, el coach de Cata.

¿Sueña con jugar con la selección absoluta?

Este 2018 hay Mundial, creo que en Paraguay. Salieron las seleccionadas y no he tenido un hueco. En España se concentra el mayor nivel de pádel del mundo y es difícil, pero espero en las siguientes citas internacionales me llamen.