A sus 34 años, a Borja Vivas (Málaga, 26 de mayo de 1984) le sorprendió la pasada primavera su primera lesión grave en sus 21 años como atleta. Un contratiempo del que el malagueño asegura estar ya prácticamente recuperado, pero del que espera no tener ninguna secuela, sobre todo mental. «Parece que la recuperación va bastante bien. Tenía que tener prudencia. Pero el problema es más la sensación de que creo que voy a tener dolor, quitarme eso de la cabeza», argumenta el laureado lanzador de peso costasoleño.

En mayo se fastidió del tendón rotuliano de su rodilla izquierda, pero su tozudez le impidió parar. Esa situación degeneró en una lesión mayor y en una rotura de 5 milímetros del tendón, provocando un dolor casi insoportable en sus lanzamientos que definitivamente le obligaba a parar y a dar por finalizada la temporada. Para Borja comenzaba un nuevo territorio por explorar, un camino que no había emprendido nunca. Y lo hace cuando ya vislumbra los últimos años de su carrera, pero con la esperanza de sumar los Juegos de Tokio 2020 a su dilatado currículum.

Las lesiones en el mundo del atletismo, quizás más que en el algunas otras disciplinas deportivas, son un muro físico duro de solventar, pero sobre todo son un gran escollo mental. Y en esa batalla viene compitiendo Borja Vivas durante este periodo de hibernación, del que está a punto de salir y que espera dar por finalizado esta misma semana, tras la última visita al doctor De la Varga.

Borja comenzó con el tratamiento regenerador de tendones con factores de crecimiento a finales de julio. «Cuando me hicieron la ecografía se pudo comprobar que hubo rotura parcial. Pero los tendones no se regeneran. Había dos opciones: u operar, que es cuando está roto del todo, o una intervención novedosa que la puso de moda Nadal, en la que te sacan sangre, se centrifuga, sacan el plasma y es lo que te inyectan en la rotura. Son tres pinchazos, uno cada semana, debajo de la rodilla. Llega a ser un poco desagradable y el mismo día del pinchazo estás cojo. Estás tres semanas fastidiado», explica Vivas, que ya asegura estar recuperado físicamente.

Durante ese tiempo, hasta septiembre que arrancó la pretemporada, Borja Vivas ha estado descansando, reposando, aunque maldiciendo por perderse el Campeonato de Europa y de España. En septiembre, sin embargo, comenzó la actividad. «Si entreno dos horas, una de ellas es para hacer ejercicio novedoso. Subir con poco kilos. Haces muchos ejercicios excéntricos, pero necesarios. Ahora es con pocos kilos y muchas repeticiones. Pero siempre con la prudencia de no hacer movimiento bruscos para no dar ningún paso atrás».

Volver a lanzar

«Llevo casi un mes de pretemporada, pero aun no me he probado. No me quiero forzar. La rotura se ha cerrado, que es lo que se ve la radiografía. Es algo como crónico, los tendones han sufrido mucho. El tendón rotuliano ha sufrido mucho. No debe molestar en el día a día en el atletismo», apunta Borja, que es consciente de que con el paso de los años puede volver a pasarle factura estas molestias.

Pero el principal problema al que se enfrenta Vivas es el dolor, el miedo a volver a sentir las molestias que le impedían competir con normalidad. «No quiero que me duela, ése es el miedo que tengo. Los dolores. Lo que me deja más tranquilo es que me van a hacer una resonancia para comprobar que está completamente cerrado. Una vez con ese ´alta´, me iré mentalizando. He hablado con mi entrenador -Tomás Fernández-, en el subconsciente tengo ese dolor. Tengo la sensación de que se me ha olvidado lanzar. Te metes en el bucle negativo€ pero si no hay dolor, todo debe mejorar. Espero que no me afecte. Lo principal estos meses es recuperar la confianza y las sensaciones», argumenta con cierto temor el malagueño.

En cualquier caso, Borja Vivas mira al futuro, al año 2019 que arranca en febrero con un Nacional de pista cubierta en Antequera, con el Campeonato de Europa en pista cubierta en Glasgow al que ya está clasificado por la marca del año pasado -marzo-, o el Mundial de Catar, que será a finales de septiembre.

«Borrón y cuenta nueva. No es un año de transición, como se suele decir, aunque está claro que el año bueno es el siguiente, que serán los JJOO, pero ahora los atletas ya pueden tener buenas marcas para tener en cuenta. Iré cubriendo el expediente como pueda porque el aire libre no lo tengo planificado, va a depender un poco de donde yo quiera ir a competir», apunta.

«Estoy animado, que es de lo que se trata. O al menos no sufrir más de lo debido», reitera Borja, que en los próximos días ya no será extraño volverlo a ver en las instalaciones de Carranque engrasando de nuevo su mecánica de lanzamiento, la que tantos éxitos le ha dado hasta la fecha y que quiere seguir teniendo.