Isco Alarcón, centrocampista malagueño del Real Madrid, está viviendo sus momentos más bajos como jugador blanco. A la falta de confianza del nuevo técnico blanco, Santiago Hernán Solari, se une ahora las críticas de la grada. Un hecho que tomó su punto álgido el miércoles, durante el partido de Liga de Campeones en el Santiago Bernabéu donde en una ocasión de gol marrada llegó a encararse con la afición en dos ocasiones: «¿Qué queréis?», dijo.

Isco recibió el castigo del madridismo siendo el jugador más silbado de la derrota más abultada de la historia del Real Madrid en el Bernabéu en su historia en la Champions League, 0-3 ante el CSKA.

Era el minuto 55, con el Real Madrid perdiendo por dos goles, cuando un rápido contragolpe del brasileño Vinicius dejó a Isco en condiciones de marcar pero tardó en decidir y acabó perdonando con un disparo cruzado. El madridista pidió córner al colegiado antes de mirar a la grada y responder a los silbidos que le dirigieron.

Desde ese momento el centrocampista malagueño fue silbado cada ocasión que tocó el balón. Minutos más tarde, en su esfuerzo por cambiar la mala dinámica del partido, recibió ovaciones de un sector de la afición madridista.

Sin embargo, su situación está enrarecida desde hace semanas. El cambio de entrenador y la inoportuna operación de apendicitis que le tuvo más de un mes fuera de los terrenos de juego le han pasado factura. A Isco se le cuestiona su fútbol. No está cómodo. Y tampoco está en su mejor nivel futbolístico ni físico. Algunas informaciones apuntan a que incluso podría salir este mercado invernal, pero el malagueño tiene contrato en vigor hasta el verano del 2022.

Isco aterrizó en el Real Madrid procedente del Málaga CF Con el conjunto blanco ha disputado 257 partidos oficiales y ha marcado 46 goles. Ha ganado, a sus 26 años, 4 Copas de Europa, una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, 5 Mundialitos y 3 Supercopas de Europa.

Las claves del hundimiento

Pero la crisis del Real Madrid va más allá del apagón de Isco. El peor de los momentos que vive Isco desde que llegó al Real Madrid, sin la confianza del entrenador y enfrentándose a la afición del Santiago Bernabéu cuando fue silbado, escenifica por lo que está pasando. Ha pasado de ser el referente con Lopetegui a no contar para Solari. Recibe pocos minutos en partidos grandes y le toca reivindicarse en los menos atractivos. Su exhibición ante el Melilla le sirvió de poco al siguiente encuentro y cansado de su situación, de las críticas por el peso y otras noticias que condicionan la opinión del aficionado, reaccionó como no debía. No se esconde y pedirá siempre la pelota cuando juegue, pero su situación entra en un momento crítico con su futuro en el club en el aire.

Además, el club blanco cosechó la mayor derrota más abultada de su historia en la Liga de Campeones, un 0-3 ante el CSKA, con claves como la falta de tensión competitiva por tener sellada la clasificación como primero, la elección del once de Santiago Solari, una defensa inexperta o el apagón de Isco Alarcón.

El Real Madrid ha perdido una de las claves de su éxito, la lucha hasta el final ante las adversidades, creer siempre en sus posibilidades para firmar remontadas históricas. En contadas ocasiones esta temporada se levanta cuando recibe un golpe. Le falta tensión competitiva, hambre de éxito. Es indiferente que jueguen aquellos que lo han ganado todo o que lo hagan los más jóvenes, es un mal síntoma extendido en un grupo que es incapaz de instalarse en una regularidad en los resultados y el juego. Ante el CSKA, salió con la posibilidad de divertirse en un trámite con solo el prestigio en juego y en cuanto recibió un golpe fue incapaz de responder con autoridad para acabar dando muestras de impotencia en derrotas que dejan huella ante rivales de menor entidad.