Fue uno de los protagonistas de aquella primera final liguera del Unicaja de Javier Imbroda, en la temporada 1994/95. La del triple que no entró de Michael Ansley contra el Barça de Aíto García Reneses. Gaby Ruiz era entonces uno de los referentes de la cantera de Los Guindos y de ese equipo que pasó a la historia.

Nacido en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), aterrizó en Málaga en edad cadete para formarse en la cantera verde. Llegó en 1993 al primer equipo e hizo carrera en la elite hasta el punto de que es el quinto jugador con más partidos en la historia del club cajista, 315, solo por detrás de los 683 de Berni Rodríguez, los 505 de Carlos Cabezas, los 342 de Fran Vázquez y los 332 de Carlos Suárez.

Tantos choques con el primer equipo le colocan entre los mejores en algunas de las clasificaciones históricas del club. Así, es el séptimo que más triples ha anotado con la camiseta del Unicaja en la Liga ACB (275), el décimo que más minutos ha jugado (5.347) y el decimosexto que más puntos ha anotado (1.794).

Pocos recuerdan, sin embargo, que el verano de 1995 participó, con solo 22 años en una Liga de Verano organizada por los Chicago Bulls. Una experiencia que él recuerda con agrado. "Me invitó Kenny Miller a un Campus muy famoso en aquella época, con jugadores de la NBA y fue algo increíble. Jugaban estrellas de aquel momento como Glenn Robinson o Tim Hardaway".

Gaby era un alero alto, aunque podía jugar de escolta, con un gran tiro exterior, la principal virtud de su juego. Uno de los ídolos de Ciudad Jardín en aquella época en la que el baloncesto en Málaga comenzaba a convertirse en un deporte de masas.

En 2003 colgó definitivamente las zapatillas y como tantos otros jugadores que han pasado por el Unicaja se asentó en la Costa del Sol, concretamente en Rincón de la Victoria (ya en su etapa como jugador vivía en esta localidad axárquica), para continuar con su vida al margen del baloncesto de elite.

Tras acabar su carrera profesional, se sacó el título de entrenador superior y entró a formar parte de la Escuela Municipal de Baloncesto de Rincón como coordinador. Una etapa profesional que todavía mantiene abierta, aunque ha pasado por distintas épocas en función de los cambios políticos en el ayuntamiento de la localidad rinconera.

Gaby es padre de dos niños. Chantal, de 16 años y Gabriel, de 11, que juega al fútbol como portero en el Atlético Bezmiliana. «Cuando jugaba al baloncesto lo hacía bien, pero está muy feliz jugando al fútbol, que le gusta más y estoy contento», dice orgulloso su padre.

Sus labores de enseñanza en la cantera del básket rinconero las ha compaginado estos últimos 15 años con otros proyectos profesionales. Hasta 2012 se convirtió en pequeño empresario de un local de ropa y accesorios en el Centro Comercial ubicado en La Cala del Moral. Después, ha apostado por otros temas comerciales como la venta de seguros y desde septiembre pasado con gestiones inmobiliarias de ventas de pisos, locales y parcelas. Todo ello, eso sí, sin apartarse mucho del mundo del deporte y pendiente siempre de «su» Unicaja.