No pudo ser. La Universidad de Málaga se topó con la Universidad Católica San Antonio (UCAM) por segundo año consecutivo. El año pasado se quedó sin luchar por la medalla de oro en el duelo decisivo de la fase de grupos en Jaén y, en la edición de 2019 perdió en una disputada final en el Pabellón de la Universidad de Alicante (0-3). El partido se desarrolló en dos partes muy diferenciadas.

En la primera los de Moli fueron capaces de asfixiar a su rival con una presión muy adelantada en primera línea que les permitió generar varias situaciones de gol. Lo único que les faltó fue algo de acierto en la definición. El combinado murciano recurrió principalmente al balón en largo para poder ganar metros y crear alguna ofensiva. Al descanso se llegó con máxima igualdad en el electrónico (0-0).

En la segunda parte, los malagueños buscaron un gol con el que ponerse por delante, pero su rival empezó a tener más protagonismo en el área defendida por Gonzalo Urbano. Los tres goles de la UCAM llegaron en una acción a balón parado, en un disparo desde la frontal tras un primer intento y aprovechando la situación de ataque de portero-jugador a la que tuvo que recurrir Moli en los últimos cuatro minutos. Pablo Ibarra y Alberto Saura tiraron por encima del larguero dos lanzamientos desde 10 metros. El gol se resistió impidiendo una reacción final. La UMA terminó en el segundo lugar del Nacional Universitario, colgándose una medalla de plata de gran valor. Ahora, a defender el título en el Europeo Universitario de Braga 2019.