Juan Carlos García López es pionero en el deporte malagueño por distintos aspectos. Lo es, por encima de todo, porque en 40 años de historia de la Federación Española de Kárate se ha convertido recientemente en el primer árbitro de la provincia que consigue la condición de colegiado internacional. Y lo es también porque sus inicios en la práctica de este deporte nos llevan al año 1980, cuando en Sevilla dio sus primeros pasos en su etapa como estudiante de Ingeniería Industrial. No obstante, este nerjeño de 56 años resta importancia a estos hitos históricos. Humildad y tesón son sus primeros adjetivos.

«Es muy importante para la difusión de nuestro deporte, que de momento sigue siendo no profesional, que debute como disciplina olímpica en Tokio 2020. Pero al mismo tiempo también es fundamental que nuestra sociedad sepa lo que entraña practicarlo. Ayuda en el día a día de cualquier persona en cuanto a la mejora del control, a la hora de evitar errores o de mejorar nuestra autoestima. Pero al mismo tiempo nos proporciona la seguridad que luego puedes transmitir a quienes te rodean, a tu entorno, y un nivel físico y mental de especial ayuda en la mejora de la forma física personal y de acceder a la meditación», argumenta.

Este colegiado nos atiende en el corazón del casco histórico nerjeño en presencia de otro gran nombre propio del kárate en la provincia, como es «el maestro Juan Miguel Gallardo, que empezó a impartir clases extraescolares a mediados de los ochenta». De su magistral forma de divulgar este deporte no tardaron en llegar los primeros títulos nacionales e internacionales. Primero el ahora profesor Javier Fenech Cuadros y en los últimos tiempos el también torroxeño Ángel Medina, entre otros.

Aquellos primeros pasos

En compañía de Gallardo, García López fue de los impulsores a mediados de los noventa de la importante Asociación Kárate Axarquía. Y es que este árbitro internacional nos recuerda que en su disciplina, a diferencia de multitud de deportes, «es imprescindible haberlo practicado para abrirse camino en el arbitraje». En su caso, la decisión de iniciarse como colegiado empezó un año antes de la fundación de la citada asociación: «Mis hijas empezaron a competir en 1995 y ahí me planteé empezar a disfrutar de mi pasión pero desde otro punto de vista», relata.

Insiste en que se trata de un deporte que por encima de todo «es una forma de vivir». Casi se pierden en sus primeros recuerdos todavía niño el interés que despertaban las artes marciales en él. Sin embargo, hasta los 14 años no empezó a dar sus primeros pasos y lo hizo por su cuenta, sin recintos reglados en los que poder recibir sus clases.

Eran los setenta y el acceso a la práctica del kárate no era ni mucho menos sencillo para el adolescente que residía en una aún pequeña localidad de pescadores, al margen por ejemplo del rodaje de la serie Verano Azul y de todo ese turismo que le seguiría después. A esa edad «lo último que uno podría imaginar es que décadas más tarde este deporte sería olímpico, o que iba a terminar siendo el segundo árbitro andaluz internacional de toda la historia y el primero malagueño».

Confía en que 2020 marque un antes y un después para la profesionalización de este deporte, porque de momento es imposible vivir de esta disciplina aún con la categoría que ha logrado en el arbitraje mundial. «La pasión te compensa todo lo demás, porque vas a algunos territorios como Dubai y, aunque te abonen gastos de hotel y dietas, terminas por gastar más de lo que te han dado. Pero con el debut olímpico tenemos que ser optimistas. Entidades como Loterías y Apuestas del Estado o Iberdrola han empezado a mostrar interés por patrocinar la Liga nacional y eso es importante», agrega.

Insiste en que falta el interés popular, el seguimiento del que disfrutan otras disciplinas. Y también en lo mucho que Málaga ha avanzado en este sentido, de la mano de campeonísimos mundiales. Se refiere al torremolinense Damián Quintero, pero también a jóvenes que llegan apretando fuerte en categoría absoluta, como es el caso de María Torres o el del torroxeño Ángel Medina. «Actualmente tanto nuestra provincia como Madrid marcan el camino a seguir en España. Para nuestra tierra es importante que a los competidores malagueños se les dé por hecho un nivel importante», finaliza.