España se adjudicó este sábado por la noche el Torneo Cuadrangular de Málaga, después de otra exhibición de pegada, fuerza, talento y baloncesto, esta vez ante la República Democrática del Congo, que fue poco más que un juguete en las manos de un hambriento equipo español, que crece día a día en su preparación y que está empeñado en regalar a la afición española otro verano de gloria, esta vez en el Mundial de China.

No tuvo rival España porque esta selección de Sergio Scariolo, en realidad, tiene muy pocos rivales de su mismo pedigrí. Se cuentan con los dedos de una mano y parte de la otra. Eso sí, a todos ellos los vamos a ver en acción en China, donde nos espera un Mundial que tiene pinta de que va a ser uno de los mejores de la historia.

Anoche no hubo partido. Y es que el primer cuarto fue sencillamente perfecto. A España le salió todo. Fue un vendaval en ataque, una muralla en defensa y un coloso bajos los aros capturando todo lo que los aros escupían de un lado y del otro de la pista. Scariolo rotó y rotó, pero cada jugador que salió del banco lo hizo igual de bien que el que se retiraba a descansar. Mención especial, por cierto, para Jaime Fernández, que ejerció de base, cuando se sentó el titular Ricky, y jugó unos minutos muy brillantes después del pequeño toque de atención del coach la noche del viernes, pidiendo públicamente al cajista «un poco más». El 30-7 tras los primeros 10 minutos fue el resumen perfecto de lo visto sobre la cancha de un Carpena casi abarrotado para la ocasión.

Los africanos aprovecharon la relajación de España en el inicio del segundo cuarto para «maquillar» algo el marcador. Pero fue solo un espejismo, y eso que Scariolo se dedicó a probar cosas, mezclando jugadores y buscando, en definitiva, explorar todas las opciones que el italiano tiene con este grupo de cara a la Copa del mundo de China, tanto en ataque como en defensa.

El partido alcanzó el intermedio con una canasta sobre la bocina de Jaime Fernández, que en esta segunda presencia en el partido volvió a su posición más natural de escolta, junto a Ricky Rubio en la dirección. El 54-28 tras los primeros 20 minutos fue el reflejo de los visto en la pista entre un equipo que quiere podio en China y otro, en plena reestructuración, tras no lograr plaza para la cita mundialista.

No tuvo mucha historia la senda parte, más allá de lo que cada jugador puso sobre el parqué para tratar de convencer a Scariolo de estar entre los «12» definitivos que viajen dentro de un par de semanas a China para participar en la Copa del Mundo.

Al final, 96-64. Campeones del torneo de Málaga sin despeinarse, sin sudar, sin oposición, sin sufrir, sin Llull (con molestias todo el fin de semana)...

Al término del partido, Sergio Scariolo desveló los nombres de los dos primeros jugadores descartados de esta preselección de 16, que se queda ahora en 14: Pablo Aguilar y Joan Sastre. Estados Unidos, próximo test.