Sergio Scariolo, seleccionador español, apura sus últimas horas de descanso después de ganar el Mundial de China con España y antes de incorporarse a la disciplina de los Toronto Raptors de la NBA. Ha tenido una semana cargada de compromisos con la prensa, el jueves viajó a su Brescia natal para pasar un día con la familia, vuelta a Marbella ayer para arreglar cosas y hoy rumbo a Estados Unidos para visitar a su hijo Alessandro, antes de centrarse en su trabajo como ayudante de los Raptors, a partir de esta próxima semana. En plena vorágine saca un poco de tiempo para hablar con La Opinión de Málaga.

¿Le ha dado tiempo a darse cuenta del éxito que ha conseguido la Selección Española en este Mundial de China?

Estás obligado por toda la repercusión, no solo mediática sino sobre todo de la gente en la calle que estamos comprobando. La repercusión ha sido tremenda, pero personalmente yo me siento igual que antes del anillo y del Mundial. No me siento que haya cambiado nada sustancial en mí como persona. Los ritmos de siempre, aunque obviamente habiendo almacenado una emoción muy fuerte. Ya estamos mirando mucho más al futuro. Ya tuve esta semana una reunión de planificación de la cantera, que hemos tenido un verano también de muchos éxitos. Sabemos que eso es irrepetible, pero tenemos que poner ya las bases para no descolgarnos demasiado. No es fácil, la verdad.

¿Se esperaba el oro de Pekín? ¿Cuándo se montó en el avión a finales de agosto para viajar a China se imaginaba est0?

Sinceramente, no. Te digo la verdad. Hubiese estado encantadísimo, como todos excepto Ricky Rubio, que era el que desde el día 1 de la concentración estaba obsesionado con ganar, digamos que todos los demás estábamos encantadísimos con poder evitar el Preolímpico y clasificarnos para los Juegos Olímpicos. Si lográbamos eso era factible que fuera, además, logrando una medalla, pero ese era el mejor de los escenarios. Empecé a plantearme que podíamos hacer algo grande cuando ganamos a Serbia. Ese fue el punto de inflexión de cara a soñar con algo más.

Otra vez la Selección ha ido de menos a más en una gran cita. La misma historia de siempre, ¿no?

Creo que es la única manera para poder ganar algo. No hay ninguna otra fórmula considerando que no se puede mantener un estado de forma constante durante tres semanas a este nivel y a esta intensidad de competición. Lo importante es tener las ideas claras de cómo hacer eso para no bajar del nivel de «guardia» por decirlo de alguna manera. Saber dosificar a los jugadores, qué utilizar a nivel táctico y qué no. Hay varias fórmulas que ya con tanta experiencia ya hemos ido utilizando

Campeón de la NBA y del mundo. Supongo que 2019 es ya un año inolvidable para Sergio Scariolo...

Yo soy muy malo para acordarme de las fechas, pero el número 19 será importante y creo que pasará a ser mi número de la suerte, aunque creo que de suerte ha habido poca. Es verdad que sí la tuvimos en que no se nos lesionó nadie en plena competición.

El partido contra Australia de semifinales, ¿es uno de los mejores de su carrera deportiva?

No lo sé. Ha sido, seguro, uno de los más emocionantes, de los más complicados, ¿pero mejor?... Hay muchos que han sido mejores. Lo ponemos en el grupo de los «buenísimos».

Otra vez se ha rodeado de varios malagueños en su staff técnico y médico. ¿Que papel ha tenido el preparador físico Enrique Salinas?

Enrique ha entrado en el grupo con gran humildad, pero con mucha profesionalidad y se ha ganado el respeto de los jugadores, viniendo después de profesionales que habían marcado época en la preparación física de la Selección, como Nacho Coque y Toni Caparrós.

¿El médico Carlos Salas?

Carlos ha tenido un peso fundamental en permitir que la eficiencia física de los jugadores se mantuviera prácticamente inalterada o incluso creciendo hacia arriba durante la competición.

¿Y Ángel Sánchez Cañete?

Ángel ha sido uno de mis colaboradores directos que ha tenido más peso. Es una de las voces que escucho más sobre todo porque habla cuando tiene que hablar. No es uno que te ensordece con sus cosas. Él sabe cuándo tiene que hablar, cómo tiene que hablar y qué tiene que decir. Y eso lo valoro mucho.

¿Cuáles han sido las claves del éxito del oro de España en este Mundial?

Todas las claves se juntan en el concepto de «ser equipo». Hemos conseguido cohesión, química, hemos tenido capacidad para superar dificultades juntos, confiar el uno en el otro, el saber respetar los roles, saberse preparar muy meticulosamente, tener mucha disciplina dentro del grupo. En definitiva, ser un «equipo» en el sentido más amplio de la palabra.

¿Está Sergio Scariolo ya pensando en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?

Más bien estoy centrado ahora en temas de cantera porque estas últimos semanas la he dejado un poquito apartada. De cara a Tokio sí hay ya una idea de planificación de la pretemporada. Tenemos ya un boceto diseñado de lo que queremos, pero que seguro que tendrá reajustes y modificaciones todavía.