Resulta curioso que un jugador catalán tan integrado en la cuna del waterpolo en nuestro país y referente europeo se venga a Málaga a seguir disfrutando de este deporte. Así ha sido el recorrido de Miquel Moyano, que emprendió viaja a Málaga para evolucionar en una de sus grandes pasiones y su integración en el club ha sido total. Llegado este año del CN Rubí, aporta gran experiencia y pasión por este deporte a sus compañeros del Club Waterpolo Málaga. Además se ha integrado como entrenador de cantera y monitor de estudio de los jóvenes de la entidad.

P ¿Cuáles son las diferencias principales del waterpolo en Cataluña y Andalucía?

R La diferencia más grande es el mayor número de clubes y de licencias deportivas. Eso permite que las escuelas deportivas multipliquen el número de jugadores y jugadoras consiguiendo grandes canteras. En Cataluña, concretamente en Barcelona, hay una gran cultura por el waterpolo, en Andalucía, uno no puede sumergirse en este mundo debido a las grandes distancias kilométricas que existen entre los principales equipos. Un ejemplo, en Barcelona, puedes ver un fin de semana a 27 equipos que juegan en alguna división nacional femenina o masculina, entre los cuales, seis de ellos juegan competiciones europeas. En Andalucía hay tan solo 6 equipos que juegan en las divisiones nacionales. Tácticamente quizás el waterpolo catalán es el más ordenado de toda España, muy disciplinado y se inculca a cada jugador que a nivel individual y colectivo sepan jugar ante cualquier planteamiento, tanto en ataque como en defensa. Los clubes andaluces, sin embargo, tienen jugadores más descarados y con cierto desparpajo, quizás no tan meticulosos, pero que si se junta con gran calidad técnica puedes ver magia en el agua.

P ¿Qué le falta al waterpolo andaluz para profesionalizarse?

R El waterpolo en toda España es un deporte minoritario muy difícil de profesionalizar, siempre faltan buenos patrocinadores. Mantener salarios a los jugadores es para muchos clubes una utopía. En Andalucía sería necesario, además, un gran mayor número de clubes que consiga que las distancias entre los equipos fuesen menores.

P ¿Por qué vino a Málaga?

R Al terminar la pasada temporada sentí la necesidad de cambiar de aires. Me había estancado a nivel de retos personales en Rubí después de siete años. Y pensé en Málaga como una aventura para volver a enamorarme de este deporte. Las razones de escoger este club son varias, la primera es familiar: mi madre es malagueña y siempre he veraneado en esta fantástica ciudad. La segunda y más importante, creía que el Waterpolo Málaga se adaptaba a lo que buscaba: un club familiar, con aspiraciones de seguir creciendo, y que todo lo que ha conseguido no se lo ha regalado nadie. A día de hoy, creo que he tomado la mejor elección posible.

P ¿Cómo ha sido su adaptación?

R El primer mes fue muy duro, el Waterpolo Málaga siempre destaca por ser un equipo muy físico y que nada mucho. Y así fue, la pretemporada muy física y con mucha natación. La recompensa fue ganar la Copa Andalucía, trofeo que hacía diez años que no conseguía el club. En el equipo he tenido una adaptación muy buena, con mis compañeros y con el entrenador, me dan libertad para aportar todo lo que puedo al equipo y eso me hace sentir muy cómodo.

P Cuéntenos su trayectoria en este deporte.

R Empecé muy pequeño en el CN Sabadell, ya que mi hermano practicaba este deporte. En quinto de Primaria entré a estudiar en el Santa Clara, colegio para deportistas dentro del Club Natación Sabadell, que te permite estudiar y compaginar el deporte. En mi trayectoria deportiva he conseguido cinco medallas en los Campeonatos de España a nivel de club y con la selección catalana, consiguiendo ser el mejor jugador del Nacional Infantil en 2008. Cuando tenía 17 años y empezaba a entrenar algunos días con el primer equipo, padecí mononucleosis y estuve 8 meses sin poder entrenar. Al terminar mi etapa de categorías inferiores, el Sabadell me dijo que no contaban conmigo para el primer equipo y me fui a jugar al Club Natación Rubí, en el que estuve tres años jugando en el filial en la Primera División Catalana.

En 2017, el entrenador del primer equipo me propuso el reto más importante de mi carrera, jugar en División de Honor. Fue un año de mucho trabajo y también muchas emociones, tanto buenas como malas. Jugar en la División de Honor en un equipo amateur contra equipos profesionales es muy duro, pero también gratificante cuando consigues ganar a equipos como el Sant Andreu o empatar contra el mítico Canoe de Madrid.

Aquel año, una mala segunda vuelta nos bajó del sueño y descendimos a Primera División Nacional. Estas dos últimas temporadas, quedando segundos clasificados consecutivamente, necesitaba una aspiración nueva y decidí hacer un cambio de aires, para ello me puse en contacto con el Waterpolo Málaga y, de momento, esa aspiración de conseguir nuevos retos, está intacta, y con mucha ilusión de alcanzarlos.

P ¿Qué se ha encontrado en el Club Waterpolo Málaga y que es lo que más encuentra similar a su anterior experiencia?

R Conocía el Club Waterpolo Málaga por jugar contra ellos en muchas ocasiones, lo que más destaca cuando juegas contra ellos, son dos cosas: primero la piscina, porque Inacua es enorme y siempre juegan con una grada a reventar en la que ya empiezan el partido ganando 1-0; y segundo, a un equipo que tiene mucho ritmo de natación y que siempre pone en aprietos a cualquier equipo de la liga.

P ¿Cómo piensa que se puede mejorar el trabajo de cantera?

R El trabajo que realiza el staff técnico es increíble. Es admirable que el número de niños y niñas ahora se triplica respecto a hace unos años. Eso ya dice mucho del trabajo que se ha realizado, especialmente Peter, nuestro director técnico. Una de las mejoras de la cantera de este año es el proyecto PIAR. Trabajamos para que nuestros waterpolistas puedan entrenar en un alto rendimiento y que puedan compaginarlo con clases de inglés y tiempo para desarrollar sus materias escolares. Desde el club se ha invertido en que estos jugadores y jugadoras, tengan la oportunidad y responsabilidad de poder llevar a día sus estudios ya que, en definitiva, creemos que los estudios deben primar en la vida de un deportista.

P ¿Sus deseos para 2020?

R Al 2020 le pido, como jugador, una gran segunda vuelta en la liga. Conseguir cuanto antes los puntos necesarios para salvarnos y después disfrutar grupalmente y a nivel individual de cada partido y entreno. Como entrenador, una gran progresión a mis peques, que sigan creciendo con los valores que transmite este maravilloso deporte. Y a nivel personal, seguir disfrutando de esta experiencia y también continuar viendo a mi familia sana y feliz para compartir lo que estoy consiguiendo.