«Mi pena es que mis niños no puedan vivir este deporte igual que yo». Esta frase de parte de uno de los jugadores del Club Baloncesto Rincón de la Victoria y padre de dos hijos con TEA (Trastorno del Espectro Autista) fue el motor para iniciar este proyecto. En ese momento, Edurne Rodríguez, una de las componentes de la junta, recogió la idea y empezó a darle forma. El 1 de octubre del 2019 comenzó la andadura de esta experiencia innovadora en la que los niños y niñas con TEA pueden practicar este deporte con normalidad.

El CB Rincón ha logrado formar dos grupos con niños desde los 3 hasta los 15 años. Los entrenamientos, a los que este periódico ha tenido el honor de asistir, se imparten martes y jueves en el colegio Carmen Martín Gaite. Nada más entrar a las instalaciones del centro educativo, sorprende ver a todos los chicos sentados en el banco esperando su turno. Algo que a priori es muy sencillo, para ellos es toda una proeza. Angi Torres, profesora de educación especial de primaria y voluntaria de este proyecto, comentaba que conseguir ese paso tan pequeño de que todos esperasen sentados les llevó un mes. «Con los pequeños las cosas son algo más difíciles», comentó Angi entre risas ya que tras el parón de las navidades ha sido como empezar con ellos desde cero.

Lo cierto es que estos chicos avanzan a pasos agigantados gracias a la metodología que usan los voluntarios de este proyecto. «Nosotros nos adaptamos a las necesidades de cada niño buscando la equidad», comentó Angi Torres. La sesión comenzó con un circuito en el que los chicos debían manejar el balón sorteando unos obstáculos para después saltar y lanzar a canasta. La actividad se adaptó a las capacidades de cada uno para que, a base de repeticiones, pudieran progresar con el tiempo. Este es el caso de Felipe y Oliver. Cuando llegaron no sabían botar el balón, ni saltar y ahora son capaces de hacerlo con total normalidad.

La clave de estos ejercicios reside en la psicomotricidad gruesa, mediante la repetición de una actividad, como puede ser saltar, se mejora su movilidad, haciendo su vida cotidiana más sencilla. «Si aprenden a saltar van a mejorar la forma de subir o bajar las escaleras, algo muy básico en su día a día», apuntó Angi. Además de mejorar las habilidades motoras, al ser un deporte de equipo se fomenta la integración de los jugadores.

Otro de los casos llamativos es el de Sergio, Alex y Charlie. Los tres tienen pasión por el baloncesto por lo que sus entrenadores les exigen un poquito más. Intentan que boten y tiren a canasta con ambas manos. Buscan un entrenamiento con algo más de nivel para que, en un futuro a corto plazo, puedan integrarlos en otros equipos del club y así fomentar su socialización.

Los objetivos del Club Baloncesto Rincón de la Victoria pasan principalmente por aumentar el número de niños en los grupos. El proyecto comenzó con seis chicos en el grupo de los pequeños y diez en el de los mayores. Por el momento, solo pueden atender a un número limitado y ya cuentan con lista de espera.

Para llegar al objetivo de tener ocho jugadores por grupo, desde la entidad deportiva se solicita más ayuda, sobre todo humana. Una de las opciones que se plantean para dar cabida a todos los chicos es hacer un convenio con la Universidad de Málaga para que los estudiantes puedan hacer sus prácticas con el club. «Lo que más necesitamos es visibilidad y ayuda humana», afirmó. De momento, todas las personas que aportan su granito de arena a esta causa tienen algún tipo de preparación para tratar a los pequeños de la mejor forma posible. Una de las chicas es psicóloga y otra es intérprete de lenguaje de signos y monitora de educación especial en los centros de la zona.

Para muchos padres la idea de dejar a sus hijos con TEA «solos» y en un ambiente totalmente nuevo para ellos puede ser complicada. En las primeras semanas del programa, se les permitía la entrada para que estuviesen tranquilos. El problema es que estos niños tienen dificultades para concentrarse por lo que la presencia de sus progenitores en la sala no ayudaba a los profesores en sus actividades. Desde ese momento, todas las semanas, el club envía vídeos a los padres con los progresos de sus hijos. Una forma sencilla de mostrarles la confianza que deben tener en el proyecto del CB Rincón.

Para todos aquellos que quieran inscribir a sus hijos en el equipo, el CB Rincón tiene en su página web un número de teléfono y un correo con el que podrán solicitar la plaza.

Una vez más, el deporte demuestra que no existen barreras y que todos somos válidos para disfrutarlo.