«La idea del Rincón Fertilidad es apostar por las jugadoras nacionales. Vamos a intentar hacer una gran equipo desde el sentido común, con menor presupuesto, pero con mucha gente de la casa y nacional»... Son palabras de Manolo Rincón, vicepresidente del Rincón Fertilidad, hace un par de semanas, en una entrevista en La Opinión de Málaga, hablando del futuro inmediato del máximo representante del balonmano costasoleño en la elite nacional.

Dicho y hecho. El Rincón Fertilidad ha decidido cambiar totalmente su filosofía de fichajes y el producto nacional pasará a ser, la próxima temporada, la clave en la confección de la plantilla 2020/2021.

A falta de la llegada de una primera línea (como mínimo) y asegurar la continuidad de la joven canterana Laura Sánchez y de Marina Martín (pendiente de poder compaginar sus estudios con el equipo), el próximo proyecto del equipo malagueño solo cuenta con dos jugadoras extranjeras en sus filas, la pivote argentina Rocío Campigli y la extremo derecho brasileña Isabelle Medeiros. Nada que ver con las 6 extranjeras (cupo máximo permitido por la Liga Guerreras Iberdrola) que han conformado las plantillas de las últimas temporadas en el Rincón Fertilidad.

El club presidido por Pepa Moreno ya ha hecho oficial la renovación de cara al próximo curso de 8 jugadoras (las españolas Sole López, Espe López, Paula García, María Pérez, Estela Doiro y Marta Vidal, además de las citadas Campigli y Medeiros) y el fichaje de la portera Mercedes Castellanos. Además, está también por confirmarse oficialmente la incorporación ya cerrada de la malagueña Virginia Fernández para la portería, además de la renovación de la alcarreña Rocío Rojas. En total, 11 jugadoras ya seguras para el próximo proyecto malagueño de las que solo la pivote argentina y la extremo brasileña han nacido fuera de España.

Si nos atenemos a las tres últimas temporadas, el cambio de planes es radical. Hace tres temporadas, la 2017/2018, por ejemplo, el Rincón Fertilidad arrancó el curso con el cupo completo de seis extranjeras en sus filas, a las que se añadieron, además, tres más a lo largo de la temporada. Aquel verano de 2017 iniciaron la pretemporada en agosto la montenegrina Katarina Arsenijevic, la croata Helena Segota, la argentina Macarena Gandulfo, la brasileña Gabriela Pessoa y las serbias Maja Veljkovic y Jovana Zdravkovic. Casi medio equipo.

Por distintas cuestiones, el club tuvo que reforzarse durante el curso llegando tres jugadoras más nacidas todas ellas fuera de nuestras fronteras: la portera brasileña Diva, y las primeras líneas Adriana Lima y Bojana Milic, brasileña y serbia, respectivamente. Es decir, que el club contó a lo largo de aquella campaña con nueve extranjeras, porque Zdravkovic, Segota y «Arsa», por diferentes motivos, no acabaron la temporada.

El curso siguiente, 2018/2019, la plantilla tuvo un cambio radical de jugadoras nacionales y extranjeras. De nuevo, el equipo entrenado entonces por Diego Carrascos, el número máximo permitido por la Liga. Repitieron del curso anterior Gandulfo y Diva, mientras que se incorporaron la extremo brasileña Isabelle Medeiros, la pivote argentina Rocío Campigli y las primeras líneas uruguayas Iara Grosso y Agustina López.

La temporada 2019/2020, recién finalizada, antes de tiempo, por culpa de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, el Rincón Fertilidad volvió a acudir al mercado estival en busca de jugadoras extranjeras para reforzar la plantilla. Se mantuvieron en el equipo Diva, Campigli y Medeiros, a las que se añadieron la pivote brasileña Isaura Menin, la primera línea también brasileña Juliana Borges y la lateral bielorrusa Hana Yashchuk, que por motivos familiares regresó muy pronto a su país, pasando de puntillas por el equipo costasoleño. Otra vez las seis extranjeras permitidas por la reglamentación.

La nueva apuesta por el producto nacional del Rincón Fertilidad tiene también otros nombres propios que se han quedado en el camino estas últimas semanas. La verdad es que varias jugadoras españolas de postín han estado en la agenda del club malagueño en estos últimos meses.

Como apuntó este periódico hace varios días, la extremo Jennifer Gutiérrez ha sido uno de los sueños del Rincón Fertilidad para este mercado primaveral. La internacional acabó contrato en el Balonmano Elche, pero seguirá su carrera en la Bundesliga alemana, con la que económicamente es imposible competir.

Pero hay más. Otra jugadora que podría haber venido a Málaga este verano es Judith Vizuete, que esta última temporada ha jugado en el Balonmano Salud de Tenerife. La primera línea también ha decidido intentar la aventura europea y su futuro está en el balonmano francés.

En esa búsqueda activa de una jugadora importante para la primera línea malagueña, también se ha contactado con Aida Palicio, pero la jugadora ovetense ha preferido continuar un año más en Asturias, en el Liberbank Gijón.

Vienen tiempos complicados en el que los presupuestos, las aportaciones de las instituciones a los clubes y los patrocinadores están en el aire hasta que se sepa cómo se recuperan la sociedad y el propio deporte en la etapa posterior a esta crisis sanitaria del COVID-19. Fichar a una jugadora extranjera siempre supone un mayor desembolso que la apuesta por una jugadora nacional. Si además, como es el caso del Rincón Fertilidad, se puede echar mano a la cantera para completar la plantilla, la ventaja es todavía mayor a la hora de formar una plantilla competitiva sin desequilibrar el presupuesto. La apuesta parece más que lógica. Ojalá salga bien.