El Club Baloncestoestá empeñado en que el básket no excluya a nadie y sea accesible a cualquiera que quiera practicarlo. Para determinados colectivos, además, el deporte es la mejor actividad posible para mejorar en lo personal y en lo colectivo. Por eso, la pasada temporada, el CBRV puso en marcha un proyecto pionero en Málaga y Andalucía al hacer un equipo para niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), con la colaboración de la asociación malagueña «Autismo Sur».

Se trata de un proyecto cuyo objetivo es fomentar la inclusión social y la igualdad de oportunidades a través de una mayor participación en las actividades deportivas de niños, adolescentes y jóvenes con este tipo de trastorno. El baloncesto les ofrece desarrollar sus habilidades sociales y mejorar sus habilidades motoras gracias a la realización de pases, manejo de balón, saltos... También les aumenta la confianza en sí mismos y su autocepto. Aquella idea arrancó hace ahora un año con 8 jugadores y acabó con 16, cuando la pandemia cortó las temporada, a mediados del mes de marzo.

Tras el éxito de la apuesta TEA del curso pasado, el club rinconero pretende esta campaña recién iniciada sumar un equipo para chicos con Síndrome de Down, aunque todavía este proyecto está en su fase inicial, ya que la situación actual con el coronavirus hace que muchos padres tengan miedo a un posible contagio de sus hijos, por lo que está costando que lleguen jugadores para incorporarse a los entrenamientos de este nuevo proyecto.

De momento solo hay una jugadora para el equipo Down, Martina, que a la espera de más compañeros y compañeras se ha convertido en una ayudante de lujo para Angi Torres y Javier Tirado, los entrenadores del equipo TEA 2020/2021, que dos días a la semana se reúnen para entrenar en el CEIP María del Mar Romera de la localidad rinconera. «Martina se siente importante y nosotros le damos responsabilidad siendo ayudante del cuerpo técnico, es una idea bonita», subraya Edurne Rodríguez, vicepresidenta del CBRV.

Rodríguez manifiesta la satisfacción del club por la apuesta por estos colectivos. «Para nosotros es muy importante hacer una labor social con estos grupos que casi siempre están excluidos de la sociedad. También es un orgullo ser un referente al ser el primer club que trabaja con equipos con distintas diversidades funcionales. Nuestro objetivo es formar equipos de cualquier diversidad funcional», asegura.

Satisfacción en las familias

La vicepresidenta del club rinconero también está orgullosa de la buena respuesta de los padres de los niños y niñas que la pasada temporada participaron del proyecto TEA. «Los padres están muy contentos por tener la opción de que sus hijos tengan una actividad de grupo. Estos niños suelen tener terapias individuales de música, logopedia... pero de relacionarse con otros niños, en equipo, es algo novedoso. La verdad es que la evolución con ellos el curso pasado, de octubre a marzo, fue increíble: se relacionan entre ellos, botan el balón, hacen su fila... Ha sido un avance evidente. Teníamos miedo a su adaptación ahora en el inicio de esta nueva temporada después de tantos meses parados, pero reconocieron a su monitora el primer día y llegaron con una gran predisposición», explica.

El Club Baloncesto Rincón de la Victoria (CBRV) la verdad es que es un club modélico que no deja de crecer. Nació en 2016 con dos equipos y ahora, tan solo cuatro años después, tiene más de 200 jugadores tanto de categoría femenina como masculina y mixta. Además del equipo TEA y de este proyecto que se quiere poner en marcha del Dowm Team, también quiere formar un equipo de +65 años, que por culpa del miedo a los contagios con el coronavirus de este grupo especialmente de riesgo, será imposible ver esta campaña sobre las pistas, aunque se espera que sea ya una realidad para la 2021/2022.

El crecimiento del club es innegable, pero necesita del empujón de las autoridades locales. Cada vez se requieren más espacios para poder acoger los entrenamientos y los partidos. «Nosotros solo podemos estar agradecidos al Ayuntamiento de Rincón de la Victoria por apoyarnos, pero necesitamos ayuda económica para los proyectos TEA y Down y también pistas para poder entrenar los más de 200 jugadores que tenemos.

De momento, el CBRV puede presumir de realizar una gran apuesta integradora para que el baloncesto esté al alcance de todos, sin ningún tipo de distinción. Todo el quiera tienes las puertas abiertas y toda la información a través de la página web del club.