El Rincón Fertilidad saboreó la gesta, sintió el confeti, oyó el rugido de una afición orgullosa. No es para menos. Las malagueñas se llevaron una final trepidante ante un grandísimo rival como el Bera Bera, que creyó y se lo puso muy complicado a las ganadoras. Un gol de Estela Doiro a falta de pocos segundos y una última defensa sirvieron para alzarse con la Supercopa de España (28-27). No es un triunfo, es un abrazo a la historia del deporte malagueño.

Se vivió un partido espectacular para el público presente, unas 400 personas en el Pabellón de Ciudad Jardín con las respectivas medidas sanitarias. La sublime actuación de la portera Merche Castellanos (15 paradas) y los 8 goles de Silvia Arderius, MVP de la final, resultaron ser los elementos que decantaron la balanza a favor del equipo malagueño. Quién lo diría que tras el parón de competiciones y el eterno confinamiento este equipo iba a levantar Copa y Supercopa. Doblete que enseña al mundo del balonmano el potencial de este club, talentoso y unido. Una pequeña gran familia que ha vuelto a brindarle otra alegría a Diego Carrasco, siempre presente.

El partido empezó con un ritmo frenético muy digno para una final con cartel. Las jugadoras de Suso Gallardo cerraron bien la defensa y movieron bien la bola desde el inicio. El acierto de las malagueñas fue como un tsunami que ahogaba a las vascas. Su técnico tuvo que solicitar tiempo muerto a los 10 minutos para frenar la hemorragia: el Rincón Fertilidad reinaba 6-2 siendo muy superiores.

Sole consiguió poner el 7-2 y fue a partir de ahí cuando el Bera Bera se reactivó, tiró de rudeza defensiva y se puso 11-9, pisando los talones a las malagueñas. El vendaval ofensivo de las de San Sebastián se topó con el palo en varias ocasiones y, sobre todo, con los brazos y piernas de la guardameta Merche Castellanos. La internacional con España se agigantó y tapó varios disparos de una gran dificultad. Cada parada, un grito de furia de sus compañeras y del público. Un gol de Sole López al filo del descanso cerró la primera media hora con sensaciones fantásticas (12-9).

En la segunda parte tuvo lugar el despertar del Super Amara Bera Bera: O'Mullony sumó tres goles seguidos para meter a sus compañeras de lleno. Del 17-13 al 17-16 para poner a las costasoleñas contra las cuerdas. Pero llegó el momento Arderius. La central madrileña se echó el equipo a la espalda metiendo seis de los siguientes siete goles de su equipo. Ni con esas, el Bera Bera iba a la lona (23-21). De hecho, llegaría el empate a 23 a falta de nueve minutos para el final. Los nervios a flor de piel, Suso Gallardo paró el partido e insufló de autoestima a sus jugadoras. Conentración.

El cruce de golpes se mantuvo, con algún balón al palo del Bera Bera y una exclusión para cada equipo que los hizo defenderse y atacar en inferioridad. En esa situación de igualdad llegaron los minutos clave. Con 27-27 a falta de 30 segundos, Estela Doiro encontró hueco para lanzar un derechazo entre agarrones y en caída. El gol de la victoria. Grito de rabia al cielo y puestas a defender, pero el título ya estaba medio agarrado por las malagueñas (28-27).

En los últimos segundos, se aguantó atrás los intentos del Bera Bera, campeón de este trofeo en siete ocasiones, pero doblegado por un grupo de jugadoras que ya solo se dejaron llevar por la euforia. Lo soñaron, lo trabajaron y ahora, a celebrarlo.