En época de pandemia, librarse de un virus , sea del tipo que sea, se convierte en una grandísima noticia. Inusualmente, en esta ocasión no hablamos del coronavirus, pero sí del «Virus FIFA» que sobre todo durante la pasada temporada dejó al conjunto de Marticos sin jugadores de gran importancia, fijos en el once titular en condiciones normales.

En la campaña 19/20, una de las más complicadas de la entidad a nivel deportivo e institucional, el equipo tuvo que lidiar los partidos con poquísimas fichas profesionales que además disminuían cada vez que las selecciones internacionales tenían citas que cumplir: Munir en portería, los venezolanos Juanpi Añor y Mikel Villanueva y Keidi Bare con el combinado albanés.

De esta misma selección también formaba parte Armando Sadiku, pero en un par de ocasiones el delantero pidió a su seleccionador no ir con el grupo debido a la sobrecarga de partidos con la elástica blanquiazul.

Esta lista también la alargaba Lorenzo González, que pese a contar con poco protagonismo durante su periplo por el conjunto de Martiricos fue en varias ocasiones convocado por la selección suiza sub-20. Asimismo, varios miembros de La Academia como Ismael Casas o Ramón Enríquez iban nutriendo las categorías inferiores de «La Roja», haciendo aún más grande el hueco sin efectivos para la disputa de los encuentros en Segunda División.

Con tantas convocatorias internacionales, el Málaga ha llegado a tener hasta seis bajas para jugar en competición local. En una ocasión, cuando Víctor Sánchez del Amo ostentaba el cargo de entrenador, el técnico solo podía contar con 12 fichas profesionales, lo que le llevaba al plantel al borde de la legalidad a la hora de confeccionar el once inicial.

Por suerte, esta temporada la situación ha cambiado radicalmente para el grupo de Sergio Pellicer. No hay ni un solo jugador que sea citado con normalidad por su respectiva selección nacional. Lo que a priori podría parecer la pérdida de calidad de jugadores de la plantilla con respecto al curso anterior, a efectos prácticos supone un alivio para un cuerpo técnico que sigue trabajando para hacer del Málaga CF -un equipo con numerosos jugadores nuevos- un núcleo compacto y conectado tanto fuera como dentro del rectángulo de juego.

El alivio con el que respira el Málaga para afrontar el próximo choque liguero contrarresta con la preocupación del equipo rival en la línea defensiva. El equipo de Bolo tendrá que ajustarse tras las convocatorias de Manu Hernando y Pascanu. El joven español ha sido convocado con la sub-21 para los partidos clasificatorios de la Eurocopa que se desarrollan estos días en Marbella: hoy se miden ante las Islas Feroe y el próximo día 17 a Israel. Por otra parte, Pascanu está comprometido con Rumanía.

Otra mala noticia para los de El Toralín es que uno de sus mejores pistoleros lleva varias jornadas en el dique seco. El incombustible capitán Yuri de Souza. Si la pasada temporada a estar alturas del campeonato ya tenía cuatro goles -un doblete ante el Tenerife, además del gol de la igualada ante el Real Oviedo (2-1) y el del empate ante el Extremadura (1-1)-, este año solo ha visto la portería rival en una ocasión, en la segunda jornada contra el Albacete.

A final de la pasada temporada, el «mago de Maceio» logró convertirse en el máximo realizador histórico en la Sociedad Deportiva Ponferradina, incluido el gol al Málaga que anotó en la visita de los blanquiazules a tierras leonesas en noviembre de 2019. A la vez, estuvo codo con codo con Stuani y Luis Suárez, máximos artilleros en la categoría. Pero los blanquiazules no pueden dormirse: la poca efectividad de Yuri la suplen Pablo Valcarce, con tres goles o «Kaxe» y sus dos dianas. Entre estos dos futbolistas han anotado la mitad de los tantos del equipo de Bolo en lo que va de temporada.