Como buen jugador de equipo, Ripoll reparte entre todos sus colaboradores del Elche y el Hércules y de los centros de excelencia FIFA Ripoll y De Prado el mérito de su inclusión en la lista Forbes de "Best Doctors 2020". Analiza la plaga de lesiones que sacude al fútbol de élite como una consecuencia de la alta exigencia de los calendarios y de la creciente igualdad de los equipos y destaca que las matemáticas y los algoritmos prestan ya un gran servicio al diagnóstico y tratamiento de las lesiones.

La revista Forbes le vuelve a situar entre los mejores doctores de España en traumatología y cirugía ortopédica. ¿Cómo recibe este reconocimiento?

Recibo la distinción en nombre de un equipo de personas, entre las que están los médicos del Elche y el Hércules, los doctores Quesada, Gómez; y el doctor De Prado conmigo en la dirección de una clínica reconocida por FIFA. El premio es un reconocimiento a todas esas personas; a un equipo, y eso es lo más importante.

Hazard, Carvajal, Ramos, Piqué, Ansu Fati, Sergi Roberto... Hay plaga de lesiones en la élite del fútbol español. ¿Es achacable todo a la sobrecarga del calendario o hay más razones?

El primer factor a destacar es que en estos meses ha habido ocho partidos de selección, además de los que disputan con sus clubes. Todos estos jugadores son internacionales con sus países y, en consecuencia, tienen un verdadero tropel de partidos y están obligados a jugar a la máxima intensidad, que es el segundo factor. La clase media del fútbol, los equipos que en otros tiempos estaban considerados como más fáciles de ganar, han desaparecido. Hoy en día, la preparación física ha igualado muchísimo el fútbol y ya no hay ningún partido fácil, ni con las selecciones, ni con los clubes. Entonces, los jugadores se ven obligados a emplearse al máximo y tienen que hacerlo con una frecuencia enorme. ¿Qué pasa con esto? Pues que se pierde la protección del entrenamiento estructurado. Es decir, un entrenamiento con unas normas, con unas reglas y unos tiempos protege de las lesiones y esto se pierde en estas condiciones.

Llama la atención la última lesión muscular del belga Hazard, del Madrid, en la que según el médico de su selección ha podido influir el estrés de este jugador, muy acostumbrado a la alta competición...

Estar en el Real Madrid es estar en uno de los equipos más importantes del mundo, si no el que más, y la presión que se recibe ahí es máxima. Además, este jugador ha llegado al Madrid con unas expectativas muy importantes, en el sentido de que venía a sustituir a grandes futbolistas que habían salido recientemente. Es muy difícil llevar esa púrpura, que pesa mucho. En los años en los que perteneció al Chelsea, prácticamente este futbolista no ha tenido lesiones, a excepción de una fractura. Ahora estamos ante un problema, y no es el primer caso, en el que las lesiones se encadenan una con otra. Messi, un jugador fuera de toda duda, entre 2013 y 2015 sufrió nueve lesiones de isquiotibiales.

Y esa concatenación de lesiones acaba por minar la confianza de cualquiera...

Las lesiones se encadenan, el jugador pierde la confianza en sí mismo; hace gestos a los que no está acostumbrado, en el chut, en la carrera; se protege o eso cree cuando se daña en determinadas precauciones que toma al correr. La lesión fundamental de Hazard ha sido de tobillo y yo creo que ya la tiene superada y ahora tiene una serie de lesiones musculares propias del morfotipo del jugador, que muy probablemente tendrán ese componente de estrés que dice un médico que le conoce muy bien como es el de su selección.

En mayo publicaron un análisis predictivo sobre el posible incremento de un 50% en las lesiones de los futbolistas cuando se retomara la competición después de tres meses de parón por la pandemia. Los hechos les dan la razón ahora...

Es muy importante, pero no por el acierto del análisis, sino por la llegada de los números y de los datos a la ciencia médica. Nos adentramos en una época en la que los bancos de datos, los árboles de decisiones, los algoritmos, las medidas que se toman de una forma antropométrica absolutamente exacta tendrán una influencia decisiva en el futuro del diagnóstico y el tratamiento de las lesiones. En Elche tenemos uno de los laboratorios más avanzados del mundo para medir las patologías de los jugadores y personas normales. Podemos saber con precisión si un ligamento de una rodilla está roto, si un músculo está dañado, si una persona tiene alguna alteración en el pie, en el morfotipo. Entramos en una nueva época: el criterio médico es muy importante, pero en medicina entran las matemáticas y esto es un acontecimiento científico de primer orden porque son una forma exacta de pensar y ayudará mucho.

Además de rebajar la sobrecarga de los calendarios, ¿qué se puede hacer desde los clubes y las federaciones para intentar reducir este alto índice de lesiones en el fútbol?

La inteligencia es la capacidad de adaptarse a la realidad.; y ésta nos dice que los calendarios no van a disminuir en frecuencia, que existen una serie de intereses económicos, que, por otra parte, protegen al fútbol y lo hacen posible; y que la intensidad de los partidos no va a disminuir. Los equipos tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad y debemos tener unas plantillas equilibradas, con varios jugadores por puesto. Los futbolistas polivalentes tendrán una importancia enorme en el futuro y una de las obligaciones del entrenador es mantener a toda la plantilla enchufada, motivada, nadie se tiene que sentir al margen. Todos deben sentirse útiles y no debe haber diferencias entre titulares y suplentes. La época de recitar de memoria las alineaciones de nuestros equipos favoritos ha terminado. La confección de las plantillas debe adaptarse a los nuevos tiempos, que traen muchos partidos, más frecuentes y a una altísima intensidad de juego.

¿Y cómo deben armarse las plantillas en este nuevo tiempo?

Que los directores deportivos busquen gente sana, en condiciones de rendir y con una capacidad tal para que el entrenador pueda elegir sin que el equipo baje su rendimiento. El ejemplo más importante es el Bayern de Múnich, que el martes se dejó a varios titulares en el banquillo ante el Atlético. Las rotaciones, que eran algo casi exótico, pasan ahora a ser imprescindibles.