Indudablemente no soy un escritor prolífico. A veces necesito, como ahora, leer tonterías para animarme a escribir. Lo que me ha acabado de motivar ha sido leer lo que dicen que pienso. ¿Lo inventará directamente quien lo escribe? ¿Se lo contará alguien? ¿Con qué intención? El caso es que voy a contar mis impresiones de la pasada temporada y mis sensaciones cara a la próxima. Tuvimos muchos problemas en el inicio de temporada, con tres jugadores intervenidos quirúrgicamente antes de comenzar y varios más con lesiones largas al comienzo. Además, incorporamos a varios jugadores nuevos que necesitaron tiempo para adaptarse a su nuevo equipo. Casi sin pretemporada comenzamos a jugar las dos competiciones, ACB y Euroliga. En esas circunstancias es mucho más difícil conseguir buenos resultados y sólo lo hicimos en la Euroliga, ganamos a equipos como Partizán y Olympiacos que, posteriormente, llegarían a jugar la Final Four. A pesar de ello hubo muchos que minimizaron aquellos triunfos pues comentaban que eran equipos menores. Simultáneamente perdimos los primeros cinco partidos de ACB consecutivamente y eso pasó factura a nuestra imagen y, posiblemente por esto se restó importancia a los triunfos en la competición europea. También es verdad que parte de nuestro público no comprendió nuestras dificultades y no ayudó como suele hacerlo, animando. Ya en el primer partido, contra Fuenlabrada en casa, se notó esa falta de comprensión y apoyo. No puedo entender esa actitud si no es la consecuencia de que no hayamos sabido explicar bien desde nuestro club todos los problemas que tuvimos. Por otra parte, Fuenlabrada estaba en un momento dulce y empezó ganando cinco partidos consecutivos.

Ante esos problemas de juego generados por las lesiones, adaptaciones y el estado anímico consecuencia del mal inicio en ACB, fuimos superando nuestro nivel para conseguir ascender hasta la mitad de la clasificación al terminar la primera vuelta. La octava plaza no permitió en esta ocasión clasificarse para la Copa, ya que el equipo local, clasificado peor que nosotros, tenía derecho a jugar la Copa en su ciudad. Este hecho agravó más la situación y nuestra imagen era muy mala, a pesar de que cada vez estábamos jugando mejor, y eso que continuaba la racha de lesiones y la falta de adaptación en algunos casos.

Esa circunstancia tuvo como resultado una falta de apoyo de nuestro público en los momentos clave del partido contra el Prokom. Tras fallar dos tiros libres cuando íbamos perdiendo 41-43, el público abroncó al equipo y no supimos reaccionar ante aquella situación, llegando a fallar a partir de aquel momento ¡21 tiros de campo consecutivos! Por tanto, en Euroliga no jugamos las eliminatorias hacia la Final Four después de haber superado la primera fase y jugar el Top 16. Se añadía otro aspecto que nos impedía mejorar nuestra imagen al fallar en la competición europea. No obstante, el equipo continuó mejorando, especialmente después de entrenar varias semanas al completo, consiguiendo en ese periodo un mejor estado de forma, unos y otros, una mayor adaptación a su nuevo equipo. Así las cosas, pudimos continuar la remontada y terminar quintos en la Liga Regular y, posteriormente, ascender un puesto más en la clasificación al eliminar al cuarto clasificado. Y, mejor que todo eso, exhibiendo un buen juego y con el público reconciliado con su equipo.

La temporada próxima

Cada año, desde que llegué a Málaga, varios periodistas me preguntan al comenzar la temporada si el equipo formado es el que yo quería. Es cierto que algunos entrenadores piden el fichaje de algunos jugadores a través de la prensa y, a veces, consiguen completar el equipo con mejores jugadores porque esa presión pública puede condicionar a sus directivas. Yo nunca he utilizado ese sistema y ésa fue mi respuesta fielmente transcrita por los periodistas. Respeto las decisiones que tome la directiva en el tema de presupuestos. No solamente mi actuación ha sido así en relación a los presupuestos, sino en muchos otros aspectos. Jamás exijo nada públicamente pues entiendo que ésa no es la misión del entrenador. Otra cosa bien diferente es hacer propuestas; sí que hago multitud de ellas. Este año no ha sido una excepción: he propuesto decenas de cosas que posteriormente el club llevará a cabo si lo cree conveniente.

¿A quién hago esas propuestas? Pues únicamente a quien debo hacerlas. Este año, exclusivamente, a Manolo Rubia y a Francisco Molina. Como cada año (y son treinta y tantos procediendo de la misma forma) a los responsables que designa el club. Y ni las filtro ni las declaro a la prensa ni las solicito al sursum corda. Otra cosa es que no quiera tener el mejor equipo posible; por supuesto que sí. En otro orden de cosas, me gustaría mejorar la comunicación, antes comentada, con la afición. Para intentar mejorarla empezaré por mí mismo haciendo un esfuerzo para que así sea. Por lo tanto, sólo queda esperar a tener el equipo completo para terminar de pensar la mejor estrategia con vistas a la próxima temporada. Mientras tanto, si tienes ocasión, como he tenido este verano, de escuchar a varios entrenadores como Pepe Laso, Sito Alonso, Chus Vidorreta, Jaume Ponsarnau, Ettore Messina, Zeljko Obradovic y Dimitris Ioutidis, pues mucho mejor porque siempre aprendes algo y reflexionas mucho.