Es una guerra desconocida para el Unicaja de la campaña 2011/12. Pero la batalla está aquí. Ya, ahora sí, es ineludible. Hasta el momento, el Unicaja había vivido en el ático de la ACB. Ha sido líder durante las primera jornadas. Luego se asentó en esa lucha entre la tercera y cuarta plaza. Fue perdiendo espacio con Barcelona, Madrid y Caja Laboral. Se ha hecho fuerte en la cuarta posición, pero desde este pasado miércoles ya es quinto. Posición muy recuperable, pero pugna para la que es muy necesario comenzar a ganar partidos. Especialmente, porque el equipo debe comenzar a mirar para atrás. Y de manera urgente. Con sus 13 triunfos y 10 derrotas, y a falta de 12 jornadas para la conclusión de la Fase Regular, ahora el Unicaja debe centrarse en conservar una plaza del play off.

La lucha se veía superficial hace un par de meses, pero ahora es tan real como la vida misma. Porque de su quinta plaza a la décima -fuera de los ocho mejores- sólo hay una victoria de diferencia. Los cajistas tienen por detrás a Alicante (idéntico registro de 13-10) y en la sexta plaza hay un cuádruple empate, hasta el décimo, todos con un bagaje de 12-11: Valencia, CAI, Banca Cívica y Manresa. El Gescrap Bilbao es undécimo, con 11-12. Los verdes han perdido ya el average con Valencia y Lagun Aro, y lo tienen ganado con CAI. Un nuevo objetivo, inédito este curso, pero muy necesario. Si no hay play off, la Licencia A de la Euroliga quedará en suspense. En verdadero peligro.

Abrines, «jugada de la semana». Mientras las malas noticias inundan la actualidad malagueña, lo único positivo del equipo tiene nombre y apellido: Alejandro Abrines. El mallorquín ha llegado con fuerza, como un soplo de aire fresco. Pulveriza récords e iguala registros de precocidad con tipos como Navarro, Rudy o Ricky. La ACB ha elegido su mate ante el Lagun Aro como la jugada de la semana. Un motivo más de alegría.

Darden, con el alta en 10 días. En la enfermería, mientras tanto, continúan Darden y Garbajosa. Ayer se le hizo una radiografía de control al americano. Todo va bien. En 10 días tendrá el alta. Mientras, los médicos confían en que Freeland pueda jugar mañana.