Está viviendo un cuento de hadas justo en el momento en el que su equipo se descompone. Es la rara historia de Álex Abrines. A sus 18 años le sobra desparpajo y calidad para echarse a la espalda al club con el cuarto presupuesto de la competición española.

Es un pipiolo que, a sus 18 años, está atravesando la primera gran crisis en su carrera deportiva. Pero en el ámbito personal al mallorquín (1/8/1993) le va de maravilla. 31 puntos ayer en 35:30 minutos en pista. Nadie goza ahora mismo de más confianza que él.

Contrasta su gran momento con el del equipo...

No se hacen 31 puntos todos los días, está claro, pero aun así no estoy contento por el equipo. Los resultados no están siendo buenos y tenemos que cambiar algo.

La racha llega ya a 14 derrotas en 15 partidos, algo que se hace del todo insoportable.

Entiendo a todos. El equipo no responde y llevamos dos meses sin conocer la victoria. Entiendo que la gente esté enfadada con nosotros, pero vamos a seguir trabajando y trataremos de levantar esto.

¿Qué el pasa al equipo? ¿Por qué esa inestabilidad?

Pues no lo sabemos exactamente. También es verdad que el equipo rival es siempre capaz de meter dos o tres triples seguidos e irse por 10 puntos, y ahí nos venimos abajo. Pero no sé cuál es la razón exacta de lo que pasa.

¿Ver a un joven de 18 años echarse a la espalda a un equipo como el Unicaja es consecuencia de que algo va mal?

No sé si algo va mal. Los jugadores que antes hacían 20 puntos y hacían buenos partidos, ahora no están respondiendo. Pero en los entrenamientos lo siguen dando todo y les necesitamos.

Ha guiado al equipo a la remontada pero en los momentos decisivos no le ha llegado el balón. ¿Qué ha pasado?

Hemos conseguido ponernos a tres puntos, pero al final no hemos sido capaces de encarrilar el partido y culminar la remontada.