Una nueva exhibición de impotencia, falta de acierto, poca consistencia e irregularidad colectiva condenó ayer al Unicaja en la cancha del Caja Laboral a la quinta derrota liguera consecutiva, al 15 traspié en los últimos 16 partidos jugados y a decir adiós a la zona del play off por primera vez en lo que va de temporada. El equipo es hoy ¡¡décimo!! en la tabla y está fuera de los «elegidos». Una noticia tan esperada como triste y dolorosa.

El peor Caja Laboral de las últimas temporadas, un equipo a años luz del otrora poderoso Tau Vitoria, no necesitó hacer un gran partido para pasar por encima del Unicaja. Qué lástima. Y es que los vascos fueron muy superiores desde el primer minuto y ridiculizaron sin despeinarse a la penosa versión actual que el club de Los Guindos pasea desde hace un par de meses por las distintas canchas de la Liga Endesa.

El epílogo a la semana de chismes y rumores que arrancó con la derrota contra el Estudiantes y en la que hubo mucho más ruido que nueces acabó como casi todas las anteriores de este 2012: con otra derrota más. Lo que pasa que ésta es especialmente dolorosa porque saca al equipo de Chus Mateo de las ocho primeras plazas de la Liga.

Sólo un dato para la reflexión: a falta de 9 jornadas para el final de la Fase Regular, la situación deportiva de los verdes le obliga a tener que ganar cinco o seis partidos más para buscar un hueco entre los ocho equipos que se jueguen el título y para, además, seguir jugando la Euroliga. Y eso a día de hoy parece una utopía pensando en que queda ir a la pista del Real Madrid, ir a Bilbao o recibir al Barcelona, por poner sólo tres ejemplos.

Las caras de los jugadores y del cuerpo técnico cajista ayer en Vitoria fueron el perfecto reflejo del estado actual del equipo. No se ve alegría, no hay diálogo, no hay palmaditas... sólo sudor frío y rostros desencajados. En la pista y en el banco. La situación es realmente complicada, la mala racha no parece tener fin y entre unas cosas y otras no hay ni quien aguante el tirón ni quien esté dispuesto a tirar de este carro sin ruedas.

El nombre propio del día era Troy DeVries. Recién llegado desde la LEB Oro, el Unicaja confía en que su muñeca sea una ayuda para salir del pozo. Su estreno de ayer fue tan poco productivo como desalentador. Hizo 7 puntos después de tirar 13 veces a canasta (0/5 en tiros de 2 puntos y 2/8 en triples), para un cero de valoración. Vamos, que más que hacer olvidar a Fitch lo que hizo fue recordarlo. Estoy seguro de que mejorará ­–al menos, lo espero–, lo que pasa es que no sé si a tiempo de ayudar a que el equipo entre en el play off.

Chus Mateo, desbordado por la situación, volvió a intentar de todo. Ayer buscó en una defensa zonal la reacción, dio un par de minutos a Sinanovic (que estaba desaparecido desde hace varios partidos), jugó con Payne de base –no sé si fue casualidad, pero fue cuando el equipo estuvo más fino– y le dio muchos minutos a De Vries para que coja confianza... Pero nada de nada.

El Unicaja perdió el partido por diversas cuestiones, pero sobre todo por su mal arranque. Cuando el reloj marcó las seis de la tarde y el balón se fue al aire, el equipo todavía estaba en el hotel –o al menos así pareció–. Los de Mateo regalaron diez minutos y el rival lo aprovechó para elevar un 20-6 al marcador que ante un equipo como el Caja Laboral es una sentencia de muerte segura.

El equipo mejoró después del primer parón. Sobre todo vio aro con mucha más eficacia, pero la pareja Teletovic-Nemanja Bjelica impidió en ese tramo que el marcador se estrechara más del 44-32 del descanso. Berni fue la mejor noticia de esos segundos 10 minutos, con sus puntos (10) y su buena labor adelante y atrás.

El Unicaja repitió su mala puesta en escena en el tercer cuarto. El Caja Laboral firmó un parcial de 23-15 que puso al Unicaja 30 abajo a falta del cuarto final. Los últimos 10 minutos fueron un suplicio para los de Mateo, que intentaron sin éxito maquillar el marcador final.

Se avecina otra semana de dimes y diretes. Hace falta un base. Eso lo ve hasta el presidente de la ONCE. DeVries no tiene pinta de solucionar el desaguisado. Si se cuenta con Chus Mateo debe ser con todas las consecuencias. Y si el coach pide, habrá que darle. Como si fuera Maljkovic, Scariolo o Aíto. La nave se hunde y sacarla a flote será más difícil cada jornada que pase. Los que tienen que tomar decisiones que lo hagan ya. Mañana quizás sea demasiado tarde.