­Mejor o peor, más o menos aclamado, con pocos o muchos detractores, Luis Casimiro se ha convertido en el nuevo entrenador del Unicaja. Para lo bueno y para lo malo. Es el noveno técnico en la historia del club, desde que Caja de Ronda y Mayoral Maristas se fusionaron. Y tiene, curiosamente, nueve partidos por delante. Nueve finales para demostrar que su llegada ha sido un acierto. O para llenar de razones a los críticos, que cuestionan su llegada sin casi ni siquiera haberse puesto todavía el chándal. Cuando acabe la temporada será el momento de realizar concienzudos análisis. Positivos o negativos. Para opinar y criticar. Pero ahora, Casimiro es el entrenador del Unicaja. Y él es el máximo responsable de liderar este proyecto y conducir al equipo hasta el play off. Así que es la hora de darle tiempo y confiar en su trabajo. Tiene nueve finales.

Afronta un reto importante. Quizá, el mayor de su vida. Y justo cuando acababa de ser despedido de Valladolid. Tiene pues mucho que ganar aquí en Málaga. Aumentar su currículum, lograr reputación y, si convence, un nuevo contrato para el próximo curso en el Unicaja.

Se puso ayer el mono de trabajo y le transmitió a sus hombres que confía en todos y que todos parten de cero. Desde Gerald Fitch hasta Nedzad Sinanovic. Cada uno es ahora fundamental. Y muchos deben ganarse, como Casimiro, la confianza del consejo de administración y renovar su compromiso por la entidad de Los Guindos. Así que entre todos habrá que remar. No habrá fichajes, como anunció ayer el presidente, Eduardo García. El nueve preparador dispone de 14 jugadores con un solo lesionado, Jorge Garbajosa. Parece, eso sí, que Tremmell Darden no está para jugar el sábado ante el Alicante. La mano mala no tiene fuerza suficiente. Probablemente no se le fuerce y tanto él como «Garbo» vuelvan para el duelo en Madrid de la próxima semana. Así que salvo que Fitch haga maravillas, Casimiro contará con los mismos hombres que hicieron un espantoso ridículo en Vitoria. Abrines, por una tendinitis, no trabajó ayer. Pero no peligra.

En el entrenamiento de ayer, Kosta Jankov fue uno más del cuerpo técnico. El exayudante de Bozidar Maljkovic hace de cicereone de una representación de la Federación de Bosnia que ha venido a seguir a Sinanovic y a Kuzmic. Jankov, además, realiza trabajo de tecnificación con algunos de los jugadores verdes.

Restan nueve partidos para que concluya la Fase Regular. El reto es estar entre los ocho primeros. El play off y la Licencia A de la Euroliga están en juego. Casimiro es veterano en estas lides. Ha toreado con equipos mejores y peores, que luchaban por llegar entre los ocho mejores o por salvarse. Llega con la mente despejada. Ideas nuevas. Ayer se puso al día con Paco Aurioles y Ángel Cañete, además del presidente y el director deportivo. El reto de Casimiro es idéntico al de todos los abonados del Unicaja: ganar, ser mejores y estar lo más arriba. Cuanto menos se merece un voto de confianza.