Hay algunas veces que es difícil explicar por qué un jugador prometedor se queda de repente en el camino o por qué alguien en el que no se tiene demasiada confianza explota y se convierte en un crack.

Vitor Luiz Faverani Tatsch (Porto Alegre, Brasil, 1988) es de esos jugadores de notable talento y prometedor futuro que, inexplicablemente, se diluyó a mitad de camino, para recuperar el rumbo ahora cuando ya nadie lo esperaba.

Y es que su espectacular irrupción en este play off por el título de la Liga Endesa le ha posibilitado al Valencia Básket, su actual equipo, tener la serie de semifinales empatada a uno, después de ganar al Barcelona el segundo partido de la eliminatoria en el Palau, por lo que la ventaja de campo pasa a ser ahora para los propietarios de La Fonteta de Valencia.

Considerado en su día como la gran esperanza de la cantera del Unicaja, en la temporada 2005/06 el actual pívot del Valencia BC era parada obligada en los tour de todos los ojeadores de la NBA que venían a Europa a evaluar a jóvenes con posibilidades. En la pista de Vélez Málaga, en la que por entonces jugaba sus partidos el Clínicas Rincón, era habitual ver buscadores de talentos de numerosas franquicias de la mejor Liga del mundo estudiando cada movimiento del center sudamericano.

La realidad es que el pívot hispano-brasileño no acabó de despegar bajo la órbita costasoleña, ni en su cesión al CAI Zaragoza (06/07) ni en su regreso al Unicaja ese mismo año, ni en su nueva salida, esta vez al Bruesa San Sebastián (07-08). En 2009, el Unicaja le daba otra oportunidad, renovándolo por dos años más y pasando de ganar 150.000 euros a 300.000... pero tampoco

Aíto García Reneses se cansó pronto de él y fue derivado al Clínicas Rincón de la Liga LEB Oro, donde alternó grandes actuaciones con otras más bien grises. Después de arduas negociaciones, el Unicaja logró la desvinculación y Faverani emprendió una nueva etapa en el Murcia, donde se erigió en pieza clave para el ascenso a la Liga ACB.

Luces y sombras. Su historial de luces y sombras, alimentó muchos interrogantes sobre la idoneidad de su fichaje cuando aterrizó en Valencia. Sin embargo, el gigante brasileño ha ido cerrando bocas a medida que avanzaba la Liga Regular y en esta recta final de temporada se ha convertido en un engranaje fundamental para Velimir Perasovic.

Este año ha mostrado, desde luego, signos de madurez, justo una de las taras que siempre se le pusieron en su etapa en Málaga, y con la lesión de Lischuk en estas eliminatorias por el título contra el Barcelona (1-1) ha dado ese definitivo paso hacia adelante. Sus números en los cinco partidos ya jugados durante el play off por el título así lo demuestran: poco más de 19 minutos de media, con 11,6 puntos anotados, 5,4 rebotes capturados y una valoración de 12,8. Cifras de crack justo en la parte álgida de la competición.

La progresión del brasileño no había pasado inadvertida tampoco durante la Fase Regular por lo que fue uno de los serios candidatos a jugador revelación de la Liga, galardón con el que finalmente se alzó el alero del Manresa Micah Down y por el que también optó Álex Abrines.

Pese a su buen momento, Faverani apuesta por la humildad, consciente de que esta ante su gran oportunidad de recuperar el terreno perdido. «Sólo intento hacer lo que me pide el entrenador y ayudar al equipo, una veces te sale y otras no», manifestó ayer al tiempo que incidía en el apoyo que le ha dado Velimir Perasovic, técnico del equipo taronja. «Es muy duro, pero confía mucho en mí y trato de corresponderle».