Ryan Toolson llega hoy a Málaga para para firmar su nuevo contrato con el Unicaja, pasar mañana reconocimiento médico y, si todo va bien, ser presentado el miércoles como jugador cajista. Su primo Andy, que conoce de primera mano la liga ACB tras haber formado parte de las filas del CB Zaragoza, Joventut de Badalona, Estudiantes y CB Girona, avala el fichaje del escolta norteamericano, que la pasada temporada militó en el Herbalife Gran Canaria.

La familia Toolson presenta un mismo denominador común, el baloncesto. Talentosos jugadores de la canasta que han deleitado y embelesan con su juego a aquellos aficionados que han seguido y continúan sus pasos. El mediano de estos descendientes, Andy, recuerda con nostalgia su recorrido por las canchas españolas. Más de seis años presente en la ACB llevaron a este espectacular tirador a decantarse por la liga española como la mejor de Europa, destacando como baza principal su organización. «Sin duda es la mejor liga de Europa, muy organizada y muy, muy profesional», señala.

Conocedor de cuales son las condiciones indispensables que debe presentar un buen jugador, Toolson no dudó ni un momento en realzar la valía que atesora uno de los suyos, su primo Ryan, que la temporada que viene estará en el Unicaja a las órdenes de Joan Plaza. «Él siempre ha tenido una mentalidad fuerte y llena de confianza», certifica Toolson, asegurando que el escolta tiene lo más importante dentro de este deporte: creer, en todo momento, que cada lanzamiento va a entrar por el aro. «Ryan cree que va a meter cada tiro que hace», lo que lo convierte indiscutiblemente en un «ganador nato», añade el exjugador.

Andy recuerda un partido de Ryan, en su primer año en la universidad de Utah Valley. «En un partido en Florida, el entrenador pidió que el último tiro lo lanzara él. Su canasta sobre la bocina dio el punto de la victoria». Dick Hunsaker, entrenador del Utah Valley, era conocedor en todo momento de cual era su fuerte: «la confianza», y fue el impulsor de un jugador que demostró desde los inicios su ingenio con un balón entre las manos. «Una vez metió él solo 63 puntos en un partido de UVU contra Chicago State», apuntó.

Los números no eran suficientes para pregonar, por las canchas, las dosis de buen baloncesto que Ryan registraba en sus instrucciones genéticas, así lo corrobora el mediano de los Toolson, «muchos dudaban que podía jugar a un alto nivel», pero el pequeño del clan supo aguardar su oportunidad y «demostró que era un jugador de élite». Siempre lo tuvo claro, «sabía que sería un gran jugador».