El Unicaja ha encontrado en Joan Plaza todo un filón. Además de liderar el proyecto cajista y dirigir al equipo desde el banquillo ayer se convirtió en el mejor estratega de márketing de los Guindos. Él solito, junto a su plantilla, lanzó en la matinal del domingo su particular campaña de abonados. Los vídeos los verán hoy por las webs y las teles: vuelos acrobáticos de Fran Vázquez, canastas desde el saque de banda de Jayson Granger, debut de un niño de 17 años, 5 meses y 10 días apellidado Sabonis... La orgía de contenidos, ritmo y acción es trepidante. Engancha desde el salto inicial y entra por los ojos a la primera. El debut del Unicaja en la Liga Endesa 2013/14 frente al Estudiantes sirvió para que toda Málaga conociese cuáles son las sanas intenciones del equipo para este curso: divertirse sobre la pista y llevar la alegría y la ilusión a la grada.

Desde unos valores sagrados y que parecían olvidados, Joan Plaza y sus chicos han comenzado la venta de abonos «paralela», que amenaza con ser muy lucrativa. Honor, orgullo, dedicación, trabajo, sacrificio, pasión, entusiasmo... La nueva campaña de abonados apela a mucho más que el malagueñismo de cada cual. Toca la fibra, alegra la vista, perturba la tranquilidad, agita los sentidos y mata a esos anticuerpos que todos los aficionados al baloncesto de esta ciudad hemos desarrollado en los tres últimos años. Esta campaña de abonos propulsada desde el mismo parqué del Carpena aniquila también esos anticuerpos del tedio, el aburrimiento y el cabreo. Ir al Carpena este nuevo curso vuelve a ser sinónimo de ilusión. Y eso, tal y como han discurrido las cosas últimamente, ya es mucho.

Para su espectacular puesta en escena, Plaza introdujo ayer su libreto hasta el extremo. Defender, rebotear y correr. Correr mucho. Por las tres calles de la cancha. Aunque sea atropelladamente. Aunque en aras del contraataque lleguen precipitaciones y errores. Aunque se confunda jugar a la carrera con jugar alocadamente. Devorar al rival, no hacer rehenes, practicar el canibalismo. ¿Por qué ganar por sólo 12 puntos (16-4, min.7) si se puede ir por 20 antes de acabar el primer cuarto (24-4)? Y si se puede ganar por 30 en sólo 15 minutos de partido, ¿por qué no hacerlo (42-12)? Bajo esta premisa, el Unicaja alcanzó la máxima (47-14) y se fue al descanso con 27 puntos de diferencia a su favor (57-30) ante un Estudiantes caótico y hundido.

Fue el inicio soñado. «No nos lo esperábamos, la verdad», confesó Sergi Vidal tras el encuentro. Él no se esperaba ni jugar. Pero en la primera rotación masiva ya pisó el parqué. Justo tras el primer festival de cambios. Hettsheimeir por Fran, Kuzminskas por Suárez y Granger por Calloway. El base uruguayo le metió un marcha más al partido. Salió con 11-4 y nueve puntos casi consecutivos suyos propiciaron un despegue pilotado también por Zoki Dragic y Caner-Medley. En la primera gran diferencia se rompió el partido. Ya no existió más. Las bases para la nueva campaña de abonos propuesta por Plaza y sus hombres ya se habían presentado al público. Pero faltaban pulir detalles y potenciar algunos puntos débiles. Que haberlos, haylos.

Plaza rotó con extrema habilidad. Es más listo que el hambre. Suya es la medalla de Domas Sabonis. El fruto de la cantera de Los Guindos tiene, desde ayer, padre «oficial». El pívot se convirtió en el jugador más joven en debutar con el Unicaja: 17 años, 5 meses y 10 días. Supera por sólo 10 días a Miki Servera. Y la presencia de Domas no fue anecdótica ni testimonial. 15:23 minutos con 6 puntos y 3 rebotes. De la LEB Plata a la ACB. Confianza para él y confianza para Suárez.

El alero, tras un año aciago en Madrid, necesita energía en vena. Y fue quien más jugó ayer (23:56), mostrándose muy activo, yendo siempre al rebote (máximo reboteador del equipo, con 8), pasando la pelota y sintiéndose útil. Y también hubo mucha presencia para Sergi Vidal, metido en su particular pretemporada tras su lesión, y que tuvo ritmo y sensaciones. Plaza le dio otro caramelo a la cantera, haciendo debutar en la ACB a Luis Conde, en un día que jamás olvidará el escolta del Clínicas Rincón.

Como colofón, Plaza le dio al Carpena un «gancho» perfecto: Vladimir Stimac. El pívot ha caído de pie. Su juego transmite y la «marea verde» le recibió con los brazos abiertos porque es el típico jugador que gusta y que, en esta nueva campaña de abonados lanzada ayer en el Palacio, va a vender un buen puñado de carnets. No puede ser la imagen (por motivos obvios de mera estética), pero es ese «alma» que reclamaba Plaza. El partido fue una excusa para promocionar las bondades cajistas. Miso, desde el triple, menguó la diferencia (63-45), que en último cuarto llegó a ser de «sólo» +16 (76-60), pero Stimac apretó y Granger colocó un 89-64 que podía darle el liderato en esta primera jornada a los malagueños. Pero la relajación se apoderó del equipo y la ventaja se quedó en 97-78. Segundos, por detrás del UCAM Murcia. Suena bien.