Si terminó el año 2013 con un buen sabor de boca con la victoria en la pista del Fuenlabrada, este 2014 no ha comenzado de la mejor manera. El Laboral Kutxa acribilló al equipo malagueño desde la línea de 6,75 y se llevó el triunfo en el estreno del Top 16.

La razón de la derrota no estuvo tan solo en el acierto del conjunto vitoriano desde el perímetro. Eso marcó la distancia en el marcador, pero hubo mayor diferencia sobre la pista. El equipo dirigido por Sergio Scariolo jugó con mucha más intensidad, dureza y agresividad que el Unicaja, sobre todo en la segunda parte y especialmente en el tercer cuarto, donde sentó las bases de la victoria.

En la Euroliga el arbitraje es mucho más permisivo que en la Liga Endesa, se permiten más los contactos y el Laboral Kutxa supo leer esto y hacer justo lo que necesitaba para meterse en un partido que en los primeros 20 minutos habían dominado los malagueños.

El conjunto visitante supo mantenerse vivo cuando el Unicaja jugó sus mejores minutos, sin embargo, cuando llegó el acierto de los vitorianos el choque se rompió y aunque los verdes reaccionaron en los minutos finales no fue suficiente y la experiencia de Nocioni y compañía provocaron que se escapara la primera victoria de esta segunda fase de la competición continental.

Hablaba Joan Plaza hace poco, aunque fuera el año pasado, que un conjunto en construcción como lo es el Unicaja adolecía aún de la consistencia necesaria para mantener un nivel óptimo durante gran parte del encuentro. Ayer noche en el Martín Carpena esto quedó demostrado. El equipo fue bien y se sintió cómodo en el juego mientras dominó el ritmo y el marcador. Sin embargo, cuando aparecieron los problemas y el conjunto rival endureció el partido tanto en defensa como en ataque, se desvaneció. En apenas diez minutos dejó ir todo lo que había ido ganando durante la primera parte. Cuando quiso reaccionar el Laboral Kutxa estaba tan metido en el encuentro que no dejó escapar la victoria. Estoy convencido que con el tiempo y el trabajo del grupo seguirá adquiriendo esa consistencia de la que habla el entrenador cajista necesaria para mantener un buen nivel durante la mayor parte de los minutos que dura un partido. De momento habrá que olvidar la derrota rápidamente, cargar de nuevo las pilas y prepararse para el compromiso que en apenas unas horas hay que disputar en Manresa, una cancha nada fácil de asaltar.