Los partidos en Turquía, igual que los de Grecia o los de Israel, son diferentes al resto. En unos casos por las particularidades del país, como es el caso de los israelitas; en otros, como Grecia, por la pasión con la que se vive el básket allí. Y con respecto a la antigua Anatolia, porque se unen las dos cosas, un país muy diferente al resto de Europa y un público muy animoso, a pesar de que no llene siempre el pabellón.

Es por ello que este desplazamiento siempre es especial y el territorio otomano frecuentemente suele ser un feudo muy complicado de asaltar. Esto da más valor aún a la magnífica victoria cosechada ayer por el Unicaja en el encuentro que le enfrentó al Anadolu Efes en el mítico pabellón Abdi Ipecki. Un triunfo de mucho mérito después del planchazo que supuso la derrota en el partido que inauguraba el Top 16 en el Martín Carpena frente al Laboral Kutxa. Los costasoleños llegaban a este encuentro con la firme intención de enderezar el rumbo y aunque el Efes podía parecer uno de los rivales más adecuados del difícil Grupo E para hacerlo, nunca es tarea fácil ganar fuera y muchos menos en Estambul.

Como se suele decir, el conjunto verde hizo de su necesidad, virtud; y realizó un encuentro muy serio y sobre todo, como reclamaba su entrenador, con la consistencia y madurez necesaria para vencer en una pista siempre complicada. El Unicaja se dio a sí mismo un golpe de autoestima y ya van dos coincidiendo con las dos últimas salidas europeas, en Florencia ante el Montepaschi y esta última en tierras otomanas frente al Anadolu Efes.

El engranaje del equipo poco a poco va funcionando mejor. El anotador Toolson se encuentra más cómodo, Fran y Stimac se hacen fuertes en la zona, Dragic lidera€ Pasito a pasito cada uno va cogiendo más claramente su rol dentro del conjunto y el equipo se ve cada día más homogéneo.

Ahora hay una cosa clara, al ser un grupo tan fuerte, con tanta igualdad y después de los resultados de estas dos primeras jornadas, donde todos pueden ganar y perder con cualquiera, las victorias valen su peso en oro y quizás no hagan falta tantas para clasificarse como en años anteriores. De momento lo mejor de todo no solo es el triunfo, sino la dosis de moral y confianza que éste da al equipo y que le coloca en una buena posición para seguir con todas las opciones abiertas para pasar a la siguiente fase, aunque verdaderamente esto, no haya hecho nada más que empezar.

*Dani Romero es ex jugador del Unicaja