Vistió la camiseta verde en 139 ocasiones, promediando 18,6 puntos, 6 rebotes y 18 de valoración, y pasó a la historia del baloncesto por su «triple» frente al Barcelona, en el cuarto partido de la final de la Liga ACB 1994/95 en Ciudad Jardín. El «triple» más famoso y recordado en Málaga y que, curiosamente, no entró. ¿Cambió eso algo? Más allá de la algarabía y del hueco en la vitrina de títulos, aquel «triple» que no entró fue una mera anécdota, porque en el fondo cambió para siempre la historia del baloncesto en nuestra ciudad. Gracias al proyecto de Unicaja y a aquel grupo, comandado en la pista por el estadounidense Michael Antonio Ansley. El ala-pívot de 2,00 metros no podía jugar por encima de los aros, no era el arquetipo de deportista perfecto, pero con su cuerpo redondeado y su talento anotador y para pasar la bola, nació con un don que Ciudad Jardín pudo disfrutar durante tres temporadas. Y ahora el «mito» ha vuelto. El autoproclamado mejor «cuatro» de Europa llegó ayer a Málaga y hoy será el foco de atención en toda una batería de actos para ensalzar a aquella plantilla que disputó por primera vez la Copa de Europa.

Mike Ansley recibirá hoy a los medios en el restaurante Cardamomo de Teatinos a las 13.00 horas, y después almorzará allí con parte de la plantilla que impulsó el básket malagueño: Ernesto Serrano, Gaby Ruiz, Dani Romero y Curro Ávalos. Richi Guillén, el único que, a sus 37 años sigue aún en activo, irá al homenaje, pero no almuerzo, ya que juega luego con el Clínicas Rincón. Alguno no ha podido venir, como Alfonso Reyes. Y Nacho Rodríguez, con su agenda política repleta, deberá confirmarlo hoy. Ni Babkov ni Miller ni Navarrete, fuera de España, estarán presentes. También asistirán integrantes de aquel plantel, como el entrenador, Javier Imbroda, y sus ayudantes, Ramón García y Manolo Castillo, además de otros responsables como Manolo Rubia, los dos médicos, José Nogales y Diego Montañés, y el fisioterapeuta Antonio Jurado. Todos tendrán un asiento reservado en el palco del Martín Carpena y recibirán el calor del Palacio en el descanso del Unicaja-Fenerbahce, cuando bajarán a la pista para ser ovacionados. Con Ansley como cabeza visible -ha venido junto a su mujer y el director de su escuela de baloncesto de Polonia-, el club mirará al pasado para recordar de dónde venimos y coger aún más fuerzas ante los apasionantes retos que están por llegar.