­En la agenda de Joan Plaza había un puesto marcado en rojo este verano de idas, venidas, llegadas y traspasos. La posición de ala-pívot, una vez decidido que Domas Sabonis fuera el «cuatro» suplente, copó toda la atención de la dirección deportiva, una vez solventadas las demás posiciones, a excepción de un pívot alto. Mucho se ha hablado de la larga lista que se barajó, nombres con los que se negoció. Ahí están Velickovic, Nachbar, Nelson... Hasta que Plaza puso en el centro de la diana a Nik Caner-Medley, tras un mal año en el Maccabi y en negociaciones para salir de Tel Aviv tras venir de triunfar en la ACB.

Su explosión en Málaga dejó grandes sensaciones. Su lesión de rodilla paró en seco su progresión dos semanas y ahora busca de nuevo su sitio y su nuevo rol en un equipo muy distinto, donde más jugadores han dado un paso al frente (Toolson o Stimac) y donde la anotación está más repartida.

Caner-Medley es un hombre feliz. Está encantado en Málaga, «con el equipo, el club y la ciudad». De su etapa en Israel guarda todo el aprendizaje que deja una mala época y su actual pareja, con la que reside en la Costa del Sol. Aunque él ya está casado. Con el baloncesto.

El americano hace tiempo que vive por y para el básket. Es su vida y su pasión. Y lo lleva tan al pie de la letra que se tatuó un anillo en su dedo anular de la mano izquierda simbolizando esa unión, tal y como hoy explica en el programa «Zona Verde» de 101TV, que se emite a las 22:45 horas. «Es un tatuaje de baloncesto. Es un dibujo de un diamante en el medio con forma de balón, señal de mi matrimonio con el baloncesto», explica el jugador cajista.

«Muchas veces la gente me dice: «¿Estás casado?» Y para mí significa mi amor por el baloncesto. Es sólo un tatuaje y es lo que simboliza. El baloncesto es muy importante para mí. Y el tatuaje habla de mi amor por él. Es como si estuviera casado con el baloncesto», prosigue el americano.

Caner-Medley atraviesa un momento personal impecable y deja un mensaje claro y sin medias tintas: «De Málaga me encanta todo, quiero ganar y seguir más años aquí». Un mensaje ilusionante de su compromiso con el proyecto con el club de Los Guindos. «Todo va muy bien en Málaga. Es fantástica mi relación con los compañeros, con la ciudad y con el club. Vamos a mejorar año a año, me gusta mucho el sistema de Joan, me va genial. Es importante que aprendamos los sistemas de juego, especialmente en defensa. Cada día vamos mejor. Sabemos que no hemos podido trabajar todos, con algunas lesiones, como las de Ryan (Toolson), Fran o yo, y ahora Calloway. Somos un buen equipo pero tenemos la habilidad de poder mejorar».

Respecto a su situación personal y su conocimiento del juego, Caner-Medley explica que ve «todos los partidos» del equipo. «Quiero aprender y veo los partidos después en vídeo y veo los momentos, como cuando estoy mal, porque así aprendo y es importante. Todos los días aprendo más y es algo que me encanta del baloncesto».

Aunque está demostrando su calidad, con promedios de 12 puntos, 5,8 rebotes, 1,2 asistencias y 13,6 de valoración en 25:28 minutos, mucho dudaban de su idoneidad tras un mal año en el Maccabi. «Fue muy duro. Tuve una lesión, luego una rotura muscular y fue un camino cuesta arriba, pero aprendí mucho del baloncesto y de la vida. Competí por primera vez en Euroliga. Tuve menos minutos y luego tuve las lesiones y fue difícil, pero limpié mi cabeza y las cosas en la vida suceden por una razón y quizá ésa fue para venir después a Málaga», confesa.

Respecto al sorteo de Copa del Rey, su pensamiento es claro: hay que ir partido a partido. «Sólo hay que pensar en el CAI, que es un gran rival, un gran equipo. Hemos perdido con ellos aquí en Málaga. Luego ya veremos el Madrid, un equipo muy fuerte, muy bueno, de los más fuertes en Europa. Pero es muy importante primero centrarnos en Zaragoza. Es un equipo muy peligroso, con buenos jugadores y un gran entrenador. Es muy importante el primer partido», comenta respecto a la Copa.

En Málaga ha conocido un nuevo vestuario y a muchos jugadores con los que no había coincidido nunca. De ellos, hay uno que le ha sorprendido especialmente: Vlade Stimac. «Veo en él a un chico con energía, que contagia, que rebotea y anota. Es un tío muy importante para nosotros. Es importante en el poste bajo y me encanta su juego».

El equipo viaja hoy a Atenas para volver a medirse al Olympiacos, un rival de campanillas con un nombre propio, como Vassilis Spanoulis. «Él es de los mejores bases de la historia de la Euroliga. Es increíble en los últimos minutos, es un MVP. En Málaga anotó tres triples al final, uno desde muy lejos».