El pívot Vladimir Golubovic dejó ayer bien claro en La Opinión que no va a jugar en el CAI Zaragoza. Aunque quizá sí que firme un contrato para jugar allí. Su agente, Misko Raznatovic, le pidió ayer al CAI el contrato, a razón de 380.000 euros por cada una de las dos temporadas suscritas, para enviarlo de vuelta a la ciudad maña con la firma del jugador. De esta forma, el CAI estaría obligado a asumir el compromiso y hacer frente a los pagos de su contrato. Esta medianoche expira el plazo que la ACB dio al club aragonés para depositar el contrato y puede que esté suscrito por las dos partes. Esto obligaría al CAI a pagar religiosamente la elevada ficha de Golubovic. O bien provocaría el efecto contrario: los maños cederían sus derechos al Unicaja y no habría mayor problema. Ni multa ni sanción ni nada de nada. Porque el Unicaja, después de que el CAI igualara la oferta, no está dispuesto a pagar.

Sea como fuera, tanto como si el CAI presenta hoy el contrato con la firma del pívot balcánico o sin ella, los dos clubes podrían negociar sin ningún problema durante la próxima semana. El famoso derecho de tanteo posee extraños pasadizos. Bastaría con que el CAI informase a la Liga ACB de que ha llegado a un acuerdo con el Unicaja, la próxima semana o incluso en el mes de agosto o septiembre, y le traspasase los derechos federativos del jugador. En Zaragoza ya han rebajado incluso sus pretensiones y se habla de una compensación de 25.000 euros. Ni el agente ni el jugador se harán cargo de ella.