La Copa de Andalucía regresó ayer a lo grande al calendario de la pretemporada «baloncestera» regional. A este tipo de partidos no hay que pedirles mucho más que emoción, intriga y, si es posible, un final apretado. Pues todo eso lo tuvo ayer el Unicaja 77- CB Sevilla 74, que convierte un año más a los de Málaga en los virtuales reyes del baloncesto a este lado de Despeñaperros.

Después de un partido «raro» en el que el Unicaja empezó dominando 14-2 y en el que el rival fue capaz de hacer un 0-17 entre el final del tercer cuarto y los primeros minutos del último acto -del 61-46 al 61-63-, la suerte del título andaluz se decidió en los últimos 12.9 segundos.

Con 73-74 para los de Sevilla, Joan Plaza pidió un tiempo muerto para preparar una última jugada ganadora. Los sevillanos hicieron falta a Vasileiadis sin que corriera el tiempo. El griego anotó los dos tiros libres (75-74). Entonces, fueron ellos los que atacaron los 12.9 segundos finales para buscar un tiro que valía un título. Byars enfiló el aro verde para anotar la canasta ganadora. Pero de la nada surgió la figura de Mindaugas Kuzminskas para colocarle un soberano gorro -ver imagen que acompaña esta información- que hizo recuperar el balón a los de Plaza. El alero lituano corrió hacia el otro lado de la pista más rápido que ninguno de sus rivales y recibió la bola para «matar» el aro y el partido, 77-74.

Dicho esto, las sensaciones que mostró el equipo alimentan la teoría de algunos de que hay una plantilla de primer nivel en el perímetro, pero que en la pintura por ahora hay más sombras que luces.

Dejando al margen a los jóvenes, vayamos uno a uno. De Granger hay poco que decir. Más de lo mismo. Mete puntos, dirige, trabaja atrás... Esta temporada tiene pinta de que será la de su explosión definitiva. Que lo haga vestido de verde cajista es un lujo.

Markovic debutó. El serbio se estrenó con un triple, justo lo que peor sabe hacer. Dio una lección de saber estar y de visión de juego. Con dos entrenamientos mal contados hizo 9 puntos en 14 minutos con un solo fallo en el lanzamiento. Sus críticos empiezan a recular... y yo que me alegro.

Toolson no estuvo fino. Pero a diferencia del curso pasado, sus puntos esta vez no serán tan necesarios para el equipo. Para él debe ser una liberación que la responsabilidad del tiro exterior esté más repartida. En Benahavís no tuvo su día, pero nadie le echó en falta.

Vasileiadis es un anotador compulsivo. Ayer, cuando el sol más apretaba, se cascó un par de canastas propias de esos jugadores que no conocen la palabra miedo y a los que nunca les quema la bola. Fue el MVP del partido con 18 puntos y 23 de valoración. Enhorabuena al que lo fichó y también al que le convenció para que lo fichara.

Dragic es una debilidad personal. Es otro que no tiene miedo a nada ni a nadie. Va hacia canasta como un miura embistiendo un capote en La Malagueta. Es tan bueno, tan bueno, que la única duda es saber cuánto nos va a durar.

Kuzminskas fue el hombre del partido por esa doble acción final. Llevo tiempo diciendo que ésta va a ser su temporada. Si el seleccionador lituano hubiera apostado más por él, quizás su país sería hoy bronce mundial.

Caleb Green jugó ayer poco. Llama la atención su renuncia constante a buscar la pintura. Lanzó ayer tres triples y ninguna canasta de dos. Sigo pensando que parece más un alero alto con buena predisposición en el rebote que un pívot bajo. Aun así, creo que será un jugador aprovechable.

Will Thomas dio ayer un pequeño paso al frente. Tiene menos calidad y es un jugador muy distinto en su juego a Green. Le va a costar adaptarse y Plaza tendrá que tener mucha paciencia con él.

Fran Vázquez es la gran estrella interior de este Unicaja. Su papel esta temporada será clave. Ayer se fue por faltas personales, un aspecto que tiene que cuidar mucho.

Vladimir Golubovic es la gran decepción por ahora. El pívot montenegrino fue ayer una rémora en ataque y un coladero en defensa. Estuvo blando, lento, poco intenso... La comparación con Stimac es inevitable. Y ahí hemos salido perdiendo. Al menos, por ahora. Golubovic solo comparte con Stimac el nombre: Vladimir. Cuando tu juegas ahí abajo tienes que echarle testiculina. Stimac tenía un par de eso que empieza por «cojo» y acaba por «nes» muy bien puestos, que este Golubovic no tiene. Y lo malo es que eso no se entrena. O los tienes o no los tienes. Ojalá espabile, porque si no...